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Diligente en la fe


"¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!"
"Velad, porque no sabéis el día ni la hora"
“Estad en vela y preparados, porque a la hora que menos pensáis, viene el Hijo del hombre”

En tiempos convulsos como los que vivimos, no apagues nunca la luz de la esperanza.
Nada se muda, todo se pasa...

Señor, hazme diligente en la fe,
Cura y pereza y hazme entender que…
nadie puede velar en lugar de mí,
nadie puede amar en lugar de mí,
nadie puede rezar en lugar de mí,
nadie puede rezar en lugar de mí,
nadie puede vivir en lugar de mí.

Despiértanos del sueño de una vida superficial,
Que cada día llenemos nuestras lámparas
en la oración, en los sacramentos, en la comunidad cristiana...
para que podamos descubrir tu presencia entre nosotros
y con todos los hermanos disfrutemos de tu cercanía.


Cumplir con fidelidad la misión
Señor,
tu quieres que sea responsable aquí en la tierra
y que viva con fidelidad el presente,
pero siempre con la mirada puesta en el futuro.
Ahora, mi vida es un tiempo de espera activa.
No puedo hundirme en la oscuridad de la inactividad
ni dejar apagar la antorcha que tengo en las manos.
Por ello,
constantemente tengo que hacer provisiones de amor
para que la llama del servicio y de la creatividad
esté siempre muy encendida y haga luz
para mí y para los otros
e invite a todo el mundo a recibirte.
La espera de tu venida definitiva
tiene que iluminar de esperanza
el pensamiento y el corazón
Así, cuando llegues
me encuentres despierto y a punto.
Saber que estás viniendo
y que llegaras por sorpresa
nunca me dará miedo; más bien me dará paz
y llenará el corazón de esperanza y de alegría.

Ayudadme a mantener mi antorcha bien encendida!

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