Ir al contenido principal

No soy digno

 

"Jesús se puso en camino con ellos. 
No estaba lejos de la casa".
 (Lc 7,1-10).  

Cuando uno confía en el Señor, allana el camino para que él intervenga. El centurión confiaba plenamente en Jesús. Por eso dice que no es necesario que entre en su casa (le evita así incurrir en impureza) que basta que lo diga de palabra para que su criado quede sano. Y así fue.

No estás lejos de cada una de nuestras casas, de nuestras vidas, de cada movimiento del corazón. 

Fuiste a visitar al centurión porque su criado estaba enfermo. Conoces lo que nos enferma y entristece. 

Nuestra fe te deja sitio, en medio del trasiego de cada día, para que sanes, para que renueves, para despertar la gratitud, en medio de las exigencias y las decisiones.   

Una palabra tuya sigue siendo imprescindible para vivir salvados.


"Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero di una sola palabra y mi criado quedará sano".
Considerarnos pequeños ante su grandeza, indignos ante su bondad, pecadores ante su misericordia, necesitados de ayuda ante su fuerza. Esto forma parte de nuestra fe, el centurión la tenía, Jesús se la reconoce. La fe está llena de humildad. La fe es humilde y firme al mismo tiempo, pequeña y confiada en la grandeza del Señor.

La palabra hoy es ‘fe’. La que ponemos en Él, la que nos regala ser sus amigos, con la que respondemos en la dificultad, donde nos apoyamos para seguirle, el inicio de la esperanza, la perseverancia en el darse. Fe que aumenta en el encuentro con Él, en la escucha de su Palabra.

 


No soy digno Señor, de recibir tu presencia, tu gracia, tu luz, pero creo firmemente en tu bondad y en tu misericordia.

 «No soy digno de que entres bajo mi techo» Pero te pido que vengas, me ayudes a ser mejor persona, que ayudes a aquel por quién te pido ayuda, porque sé que con tu sola Palabra, con una mirada tuya me sabré acompañado y con la confianza necesaria de que tú estás obrando en mí

 

 
 
 
NO SOY DIGNO

No, Señor, yo no soy digno
de que entres en mi casa,
pero igual vienes,
tú que cuentas
con los frágiles.

No soy digno
de desatar tus sandalias,
pero tú me calzas
las botas del reino
y me envías a ser
buena noticia.

No soy digno
de servir en tu mesa
y tú me sientas a ella
para darme el pan,
la paz y la palabra.

No soy digno
de llamarme profeta,
y tú me das una voz
para cantar tu evangelio.

Me descubro
tan distante, tan a medias,
tan herido de tibieza,
pero una palabra tuya
bastará para sanarme.


@jmolaizola
 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...