El Reino es una oferta para todos.
“¿Entendéis bien todo esto?”
(Mt 13,51)
No se trata de mirar a Jesús desde una ideología.
Se
trata de aceptar su mensaje, de respirar su perfume, de seguir sus pisadas.
Sé
humilde para aceptar que las convicciones hondas tardan en llegar a tu corazón.
Cuando paso contigo largos ratos, Señor,
afloran a mi
mente las memorias más hondas,
siento que Tú me amas.
El Reino es una
oferta para todos.
En el mar está
toda la sociedad.
En la red estamos los que hemos sido llamados.
En el juicio
serán nuestras obras quienes abogarán por nosotros.
Se nos alerta a
no juzgar con excesiva facilidad.
Dios es el único
Juez.
El único que
conoce el corazón, humano y sabe las verdaderas intenciones.
Demasiadas veces juzgamos por apariencias.
- Señor, que mis obras sean consecuentes con lo que afirmo creer.
- Señor, que mis obras sean consecuentes con lo que afirmo creer.
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