La Asunción de nuestra Madre.
¡Venid, adoremos al Señor, Rey de reyes,
que hoy ha elevado a la Virgen de los Milagros al cielo!
Oh María, Madre de la fe, que te has dejado poseer totalmente por Dios,
intercede por nosotros para que podamos amarlo como tú lo amas.
Oh María, tú que eres la primicia del mundo nuevo que esperamos,
ayúdanos a ver el mundo como tú lo ves,
enséñanos a contemplar la historia como espacio habitado por la bondad,
por la misericordia, por el amor del Padre, por el amor de Jesús por toda la humanidad,
por los pobres, los humildes, los que ahora están sufriendo, los marginados.
Madre de la esperanza, enséñanos a mirar con paciencia y con perseverancia las situaciones difíciles que vivimos en este tiempo en el que muchos, incluso discípulos de tu Hijo,
caen en la tentación de perder de vista el gran horizonte de vida que es el cielo, que es la vida eterna, que es el gran día de la segunda venida del Señor.
Tú que eres la madre del amor y de la alabanza,
concédenos participar cada día de nuestra vida en tu alabanza, en tu Magníficat,
y exultar contigo por las pequeñas y por grandes cosas
que el Señor continúa operando en medio de nosotros,
que podamos hoy gozar junto contigo inmensamente sostenidos
por la certeza de que Jesús resucitado ya está aquí presente, no importa que sea de manera oculta, sacramental, en los sufrimientos de nuestros pueblo, en el mundo y en la historia. Amén.
¡Virgen de los Milagros , ruega por nosotros!
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