Solamente a los pies de tu Cruz, viéndote clavado en ella, se aprende a perdonar, se aprende humildad, caridad y mansedumbre... Saborear la Cruz... Vivir enfermo, ignorado, abandonado de todos... Qué tesoro tan grande es, el no ser nada, ni nadie..., el último... Qué tesoro tan grande es la Cruz de Jesús, y qué bien se vive abrazado a ella... ¡Oh! Si el mundo supiera lo que es abrazarse de lleno, de veras, sin reservas, con locura de amor a la cruz de Cristo...! ¡Qué alegría tan grande es poder vivir al pie de la Cruz!