La oración es la respiración del alma y de la vida
Si los pulmones de la oración y la palabra de Dios
no alimentan la
respiración de nuestra vida espiritual, corremos el riesgo de
asfixiarnos en medio de miles de cosas todos los días:
la oración es la
respiración del alma y de la vida.
en la relación con Dios,
en la escucha de su Palabra,
en el diálogo con Dios,
o en nuestra habitación,
estamos
unidos en el Señor con muchos hermanos
y hermanas en la fe,
como un
conjunto de instrumentos
que, a pesar de su individualidad,
elevan una
única y gran sinfonía de intercesiones a Dios,
de acción de gracias y de
alabanzas.
(Benedicto XVI)
Sabias palabras estas del Santo Padre.
ResponderEliminarUn abrazo.