En este tradicional día denominado popularmente "Viernes de Dolores" hemos tenido el tradiconal Via Crucis por las calles desde la Parroquia de San Bartolomé hasta la Parroquia de San Antonio de Padua, denominada Iglesia del asilo. Lo que más me impresiona como paso el año pasado el acopañamiento que hacen al Crucificado un gran grupo de niños de la catequesis. Los niños nos dan esa lección de ser los preferidos del Señor. Recemos por ellos para que en sus vidas se encuentgren con personas buenas que les conduzcan por el verdadero camino de la vida.
Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)
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