Si sientes un murmullo muy cerca de ti,
un ángel llegando para recibir
todas tus oraciones y llevarlas al Cielo.
Así, abre el corazón y comienza a alabar
el gozo del cielo todo sobre el altar,
hay un ángel llegando y bendición en sus manos.
CORO
Hay ángeles volando en este lugar,
en medio del pueblo y junto al altar,
subiendo y bajando en todas las direcciones.
No sé si la Iglesia subió o si el Cielo bajó,
si sé que está lleno de ángeles de Dios,
porque el mismo Dios está aquí.
Cuando los ángeles pasan la Iglesia se alegra,
ella canta, ella llora, ella ríe y congrega,
enfrenta al infierno, disipa el mal.
Siente la brisa del vuelo de tu ángel ahora,
confía hermano pues esta es tu hora,
la bendición llegó y te la vas a llevar.
Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)
¡Qué preciosidad de canto!
ResponderEliminarMuchas gracias