Ir al contenido principal

A los pequeños


 "Estad alegres porque vuestros nombres 
están inscritos en el cielo."
 (Lc 10,17-24). 

En el evangelio vemos a los discípulos regresando llenos de gozo por su misión y a Jesús  que les recuerda que la verdadera alegría está en saber que sus nombres están escritos en el cielo. Estas palabras son también para ti.
Con frecuencia buscamos ambientes o situaciones que generen alegría. Y nos olvidamos que brota de la esperanza que no defrauda. Esa esperanza, ya cumplida, consiste en tener nuestro ser arraigado en el cielo. Todo lo demás tiene sentido si ayuda a inscribir allí nuestros nombres.
Alegres. Por ser de y con Él. Por ser elegidos por Él. Por conocer el Evangelio y acercarlo a nuestra vida para vivirlo con gozo. Nuestra alegría es profunda, de sabernos queridos por Él como somos, por el regalo de la amistad y su presencia. La alegría profunda no viene del hacer, al que estamos llamados, sino del ser, de la opción personal por Él y de la elección que Él ha hecho llamándonos.


Estemos alegres como Francisco de Asís, porque somos unos pequeñuelos pero eternamente amados. Nuestros nombres los tiene tatuados Dios en su corazón desde antes de formarnos en el seno de nuestras madres. Y su amor por cada uno de nosotros nada ni nadie lo podrá cambiar. Estamos en casa. Tenemos un sitio reservado para poder desplegar lo que somos y compartirlo con quienes nos acompañan en el camino de la vida. Haz de nosotros instrumentos de tu paz.


 
Gracias Jesús, por revelarnos al Padre. 
Ayúdanos a poner nuestra alegría no en nuestros logros, 
sino en la certeza de que nuestros nombres están escritos en el cielo. 
Que, agradecidos por el inmenso privilegio de verte y oírte, 
podamos ser tus testigos fieles en el mundo.


"Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla". El Evangelio se ha revelado a los pequeños y se ha escondido a los sabios.  Jesús lleno del gozo del Espíritu Santo ora al Padre dándole gracias porque manifiesta el reino a los pobres y humildes, a la gente sencilla. Pide al Espíritu que te meta en esta oración de Jesús. Siéntete necesitado de su perdón y de su amor. 

San Francisco de Asís
nos desveló su camino esencial de la confianza sencilla en un Dios que es todo amor.  

 

“No debemos ser sabios y prudentes según la carne sino más bien sencillos, humildes y puros. Nunca debemos desear estar por encima de los demás, sino, al contrario debemos, a ejemplo del Señor, vivir como servidores y sumisos a toda humana criatura, movidos por el amor de Dios”.



 Señor Jesús, hoy quiero unirme a la alegría de tus discípulos que regresaron sorprendidos por tu poder en sus vidas. Pero Tú me enseñas que la verdadera dicha no está en los logros ni en los dones, sino en saber que Tú me conoces, que mi nombre está escrito en tu corazón y que me esperas en el cielo. 

Dame un corazón de niño,  capaz de abandonarme en las Manos del Padre, como Tú.  Que busque más servir, que ser servido.   

Dame un corazón sencillo, capaz de alegrarse por lo esencial: ser hijo de Dios, ser amado y salvado por Ti. Que nunca me falte gratitud y que mi vida sea un canto de alabanza, para que otros descubran tu amor. Amén.

 


 


Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...