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Nuestro corazón

 

 

“Descuidáis lo más grande de la ley: 
el derecho, la compasión y la sinceridad” 
(Mt 23,23-26) 

Tienen a Dios constantemente en los labios, hablan de Él a todas horas, pero no han aprendido a recorrer los caminos del corazón de Dios. No saben nada de su ternura. Habla hoy de Dios con tu vida. Aunque lo hagas pobremente, eso vale más que las palabras bonitas pero vacías de contenido. 

Pongo mis trozos de vasijas rotos,
en tus manos de Alfarero.
Hazme de nuevo. 


“Filtráis el mosquito y os tragáis el camello”.
Así fue y así sigue siendo: nos ponemos exquisitos en algunos temas y, sin embargo, en otros nos tragamos ruedas de molino. Todo depende del interés, o del pensamiento dominante, o de la opinión del más ignorante en la materia. La cosa es fiarnos de quien no merece ningún crédito

La hipocresía es una incapacidad para analizar y valorar las actitudes y los discursos. Un descuido para poner el acento en lo importante de la vida y las relaciones. Para mirar más allá de lo aparente. Para contrastar las verdades, las rigideces y los egoísmos


"¡Limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno!"
Tan preocupados por la imagen, por la apariencia, por las valoraciones externas, cuantas veces olvidamos lo que pasa de piel adentro. Y justo eso es lo que le importa a Jesús. Nos pide cada día que le demos nuestro corazón. Porque del interior, es de donde sale el amor, la compasión, la misericordia. Lo de fuera se va deteriorando. Nuestros cuerpos se gastan y envejecen. Pero el corazón es capaz de estar siempre joven si vive cerca de Jesús.

Cuidar y promover unas relaciones justas donde cada uno es valorado por la dignidad que Dios le da, dignidad que nos une, que tenemos en común, que nos iguala. Una justicia que exige, reivindica y promueve que nadie pueda perder su dignidad.


Justicia, compasión y verdad para construir nuestro proyecto de seguidores de Jesús, valores que siempre ponen al hermano en el centro y con él a Dios.

Señor, tantas veces me ocupo de cosas sin importancia:
mi imagen, mis caprichos, mis aspiraciones...
Dame un corazón que sepa ver, conmoverse
y darse a las personas más débiles.

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