Siempre llega


“¡Que llega el esposo, salir a su encuentro!”
(Mt 25,1-13)

Las vírgenes necias descuidan en aceite. Las prudentes llevan sus lámparas y alcuzas de aceite. Van preparadas. No saben cuándo llegará el esposo, pero ponen sus medios para esperarlo. La luz de la fe, el aceite de la esperanza, el corazón enamorado.

“El esposo tardaba”. Pones a prueba mi paciencia. No me gusta esperar. Sin embargo, hoy es buena noticia. No es que no llega. Llegará. A su tiempo. Pero hay gran virtud en saber esperar. Es un arte. ¡Que seamos artistas en la espera para ser activistas de la esperanza!

El Señor siempre llega. Cumple su promesa. El problema está en nosotros, que nos hemos cansado de esperarle. Aun así, Él viene, viene, viene siempre. ¿Cómo recibes a Jesús? ¿Con rutina o con alegría? ¿Cómo recibes a los que viven contigo? ¿Con gozo o con indiferencia?

Entra en mi casa, Señor. Entra en mi corazón. Que lo mío sea tuyo y lo tuyo mío. Gracias. Amén.

En tiempos convulsos como los que vivimos, no apagues nunca la luz de la esperanza.
Nada se muda, todo se pasa...
 

Señor, hazme diligente en la fe,
Cura mi pereza y hazme entender que…
nadie puede velar en lugar de mí,
nadie puede amar en lugar de mí,
nadie puede rezar en lugar de mí,
nadie puede rezar en lugar de mí,
nadie puede vivir en lugar de mí.

Despiértanos del sueño de una vida superficial,
Que cada día llenemos nuestras lámparas
en la oración, en los sacramentos, en la comunidad cristiana...
para que podamos descubrir tu presencia entre nosotros
y con todos los hermanos disfrutemos de tu cercanía.

 


Hoy, hace exactamente 80 años murió en la cámara de gas de Auschwitz la santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, gran filósofa, virgen y mártir, patrona de Europa.

 

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