Ir al contenido principal

Que te conozcan



“Padre, glorifica a tu Hijo” 
(Jn 17, 1-11)

A pesar de que el mundo nos ignore, nos desprecie y nos tache de ilusos e idealistas, cuando rememos contra corriente, recordemos que Jesús ha rogado por nosotros, simplemente porque somos suyos.

No sabemos lo que nos espera pero sea lo que sea, nuestra misión es seguir siendo testigos del Evangelio.
Manifestar el amor de Dios a todos los hombres.
Pasar por la vida haciendo el bien.
Nos alienta el Espíritu de Jesús Resucitado que habita y ora en nosotros.
No estamos solos

No estamos solos, lejos u olvidados.
Estamos en la palabra pronunciada por Jesús, en la oración que dirige al Padre, en el mundo donde habitó y nos dejó su misión.
Formamos parte de la misma humanidad que el Verbo hizo suya.


Jesucristo intercede por nosotros ante el Padre, presentando nuestras súplicas y alabanzas, nuestros gozos y alegrías y, también, nuestras penas y sufrimientos...
 Y nos envía su Espíritu, garantía de la Vida eterna dentro de nosotros.

El mundo hoy no se parece al reino que Jesús anunciaba.
No reinan la justicia ni la paz.
Sigue habiendo opresores y oprimidos, ricos y pobres, poderosos y excluidos. Jesús pide por los que estamos en el mundo sin ser del mundo, porque nuestras raíces, nuestro hogar, están en Dios.

Conocer a Dios que es amor, Padre lleno de misericordia, que hace salir el sol para todos... 
Conocer a Jesucristo que cura, mira a los ojos y se sienta la mesa con todos, que denuncia la injusticia... y responder, nos jugamos la vida.

 Como un barco con las velas desplegadas,
aquí estoy, Espíritu Santo,
para que me pongas en movimiento.
Es tu fuerza
la que da sabor y alegría a mi vida.
Eres tú el que me das energía
para alcanzar mis mejores sueños.
Tú eres la raíz de todo lo que es bueno.
Tu soplo me limpia de toda impureza.
Tu luz borra todas las culpas
y cura todas las heridas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...