Buenas noticias

 


"El Espíritu del Señor está sobre mí"
(Lc 1,1-4;4,14-21).

El Evangelio de hoy nos presenta el programa de Jesús el Ungido. Jesús descubre en el texto de Isaías su misión, lo lee entre su gente y asume la responsabilidad de anunciar la Buena Noticia a los pobres, una año de gracia del Señor. Jesús lo explica en la sinagoga de su pueblo, es hoy y en Él donde se hace realidad. Dios quiere que sea Él quien comience a proponer un cambio que dé esperanza a los que no la tienen. Todo ese cambio y novedad comienza con y en Él.


Jesús ofrece alternativas de vida nueva. El Espíritu de Cristo nos invita a seguir su estela para que se encarne en nuestra sociedad.

Desde el bautismo hemos recibido la gracia de ser hijos de Dios y la llamada a ser como Jesús. ¿Trato de vivir esa vocación y realizarla a favor de los pobres?


«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».
Hoy es el "Domingo de la Palabra", toda la Iglesia agradece y venera esa Palabra diaria que Dios nos regala y que va moldeando nuestras vidas. Damos gracias al Padre por habernos dirigido su Verbo, hecho hombre para la salvación del mundo. Toda la Biblia hace memoria de Cristo y de su obra, y el Espíritu Santo la actualiza en nuestra vida y en la historia. Gracias Dios por no quedarte mudo. Por no dejarnos en el silencio envenenado. Gracias por tu Palabra diaria que nos permite caminar entre tristezas y soledades. Gracias por tu Palabra que se cumple, lo veamos o no, que busca sanarnos, acompañarnos y proyectar nuestras vidas mucho más allá de lo que nunca imaginamos. Esto también se cumple hoy.


El Espíritu de Dios sigue actuando, sigue iluminando, sanando y liberando. Abramos nuestras vidas a la acción de Jesucristo. La Palabra de Dios está viva; camina con nosotros a través de los siglos y actúa en la historia por el poder del Espíritu Santo.


Como nos dice San Pablo en 1 Cor 12, 12-30 somos el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro. Cada uno tiene su papel en el Cuerpo.


Cuerpo de Cristo

Ojos inquietos por verlo todo.
Oídos atentos a los lamentos,
los gritos, las llamadas,
Lengua dispuesta a hablar
verdad, pasión, justicia…
Cabeza que piensa,
para encontrar respuestas
y adivinar caminos,
para romper las noches
con brillos nuevos.
Manos gastadas de tanto bregar,
de tanto abrazar
de tanto acoger
de tanto repartir
pan, promesa y hogar.
Entrañas de misericordia
para llorar las vidas golpeadas
y celebrar las alegrías.
Los pies, siempre en marcha
hacia tierras abiertas
hacia lugares de encuentro
Cicatrices que hablan
de luchas, de heridas,
de entregas,
de amor,
de resurrección.
Cuerpo de Cristo…
…Cuerpo nuestro


(José María R. Olaizola, SJ)


 

 

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