Ir al contenido principal

Comunión

 


"El que coma de este pan vivirá para siempre"
  
 (Jn 6,41-51)

Jesucristo es el pan de vida; más aún, es el pan vivo. Quien lo coma vivirá para siempre; es decir, quien se adhiera a Él, quien se identifique con Él, quien viva con los valores que él vivió, quien sea una sola cosa con él entonces correrá su misma suerte: su vida no tendrá fin.

Una relación con Él basada en la escucha, el encuentro, conocernos, en el amor, la comprensión, la misericordia, la fe. Fuera críticas, señalar con el dedo, dudas y miedos. Él es el verdadero alimento, pan, que da la vida eterna, la felicidad.


Jesús es el pan que ha bajado del cielo. El pan de la vida. El que se entrega para que el hombre coma de él y no muera. El pan que se da por la vida del mundo. Un pan que comemos por pura gracia de Dios. El que nos alimenta para que creamos y tengamos vida en nosotros.

"Escuchar y aprender de Él", esta es la propuesta, no escuchar a nadie más, hacer de Él guía, compañero, amigo, Señor, de nuestra vida. Su Palabra es para siempre, su Palabra es eterna. Es su Palabra la que nos conduce a Él.  Nadie nos 'alimenta' como Él, nadie nos da vida como Él, nadie nos llena de sentido como Él, nadie se parte para todos como Él.


En la eucaristía no solo recibimos a Jesucristo, sino que también Él nos recibe, y permanece en nosotros. Si lo tenemos a Él, aún no poseamos nada, lo tenemos todo; y si tuviéramos todo, pero sin Él; no tenemos nada.

 

 

 

 

Virutas de comunión

Compartir el pan, la brisa y lo vivido.
Liberar al tiempo del agobio de la prisa
y al dinero de la manía de la posesión.
Pensar más en el otro que en lo mío.

Dejarse desnudar por lo inaudito.
Unirse a cada hombre en la desgracia.
Sentar a la abundancia frente a la escasez
y a la apariencia junto a lo que soy.

Que cada diálogo dé a luz un nuevo sentir
y cada beso resucite un trozo de la piel.
Que cada pérdida me empuje a ir más lejos
y cada desalojo me suba a un nuevo tren.

Que en la noche brille el ser de todo lo creado
y en mi no saber, le deje a Dios nacer resucitado.


(Seve Lázaro, sj)


 

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

Santa Teresa de Calcuta

UN ÁNGEL EN LA TIERRA   SEÑOR ENSÉÑANOS A AFRONTAR  LAS LUCHAS DE LA VIDA DIARIA “Señor crucificado y resucitado, enséñanos a afrontar las luchas de la vida diaria, para que vivamos en una mayor plenitud. Tú has acogido humilde y pacientemente los fracasos de la vida humana, como los sufrimientos de tu Crucifixión, así pues, ayúdanos a vivir las penas y las luchas que nos trae cada jornada como ocasiones para crecer y asemejarnos más a Ti. Haznos capaces de afrontarlas pacientemente y con coraje, llenos de confianza en tu apoyo”. (Santa Madre Teresa de Calcuta) "Líbrame, Jesús mío, del deseo de ser amada, del deseo de ser alabada, del deseo de ser honrada, del deseo de ser venerada, del deseo de ser preferida, del deseo de ser consultada, del deseo de ser aprobada, del deseo de ser popular, del temor de ser humillada, del temor de ser despreciada, del temor de sufrir rechazos, del temor de ser calumniada, del temor de ser olv...