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Él lo multiplicará

 


«Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda». 
(Jn 6,1-15).

La multiplicación de los panes es el único milagro narrado por los cuatro evangelistas. Ello muestra la gran importancia que la Iglesia apostólica le atribuyó desde siempre. Este prodigio es «signo» de la autorrevelación de Jesús, que habría de ser sacrificado como nuevo Cordero pascual. De este modo su carne sacrificada será el «nuevo maná» de la Pascua cristiana, tal y como nos lo irá aclarando el subsiguiente «discurso del pan de vida». Los gestos del Señor –ante este sorpresivo portento– son prácticamente idénticos a los de la Última Cena.

Jesús ve que acude mucha gente y le pregunta a los discípulos para darles de comer. Podía haberlo hecho directamente, pero quiere contar con cinco panes y dos peces. El milagro solo se hace cuando se ofrece a Dios lo que parece poco. El multiplica y sobra.


«Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer»
Cuántas veces olvido que Tú lo sabes bien... ¿Qué tienes? ¿Qué eres? ¿Qué quieres ser? Mira a tu alrededor, mira a los que viven contigo, mira su necesidad, mira su situación… Pon en manos del Señor lo que eres y tienes. Lo multiplicará, tú solo date en totalidad, sin reservas.

«Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda». (Jn 6,1-15). Que no nos perdamos nada del despliegue de amor que Dios nos ofrece cada día. El evangelio de hoy es la personificación en Jesús del salmo 23. Jesús resucitado es el Buen pastor, que en verdes praderas llenas de hierba prepara la mesa para que nos saciemos. Pero es el pan y los peces de cada día, que pedimos en el Padrenuestro. No buscamos la solución a todos los problemas de nuestra vida. No hay recetas mágicas en la fe. Sólo la petición diaria de que su compañía nunca nos falte.

“Los recogieron y llenaron doce canastos” Esos “canastos" son el precedente de nuestros sagrarios En ellos se guarda la reserva del Pan Vivo Y frente a ellos aprendemos que la Eucaristía se come también con los ojos Como hacen algunos enamorados

 
 
 
Invisible, real y eficaz! 
Bendita fuente de vida eterna! 
Jesús Pan que se reparte continuamente 
para enseñarnos a repartirnos en alivio 
y fe de nuestros hermanos.
 

 

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