Construir

 


“Tanto amó Dios al mundo 
que entregó a su Hijo único 
para que el mundo se salve por Él”. 
(Jn 3,16-18)

Tanto se refiere a cantidad y a calidad. Dios sabe lo que nos ama, y lo expresa fuera de si a través de palabras y acciones.

“Es un solo Dios, pues el Padre es amor, el Hijo es amor, el Espíritu es amor. Dios es todo amor y sólo amor, amor purísimo, infinito y eterno”. Benedicto XVI

Tanto amó Dios al mundo que no podemos entenderlo ni alcanzamos a imaginarlo. Un Amor que se derrama en la entrega del Hijo. Amor que desea la salvación de todo ser humano por el Espíritu. Amor Único en tres personas distintas. Unidas y diversas.

Nosotros imagen y semejanza suya también sabemos cuánto amamos, también lo expresamos en obras y palabras. Si Dios es familia, Trinidad, relación, diálogo, acogida, espera. Nosotros somos como Él, por eso no es bueno que estemos solos.

Dios es comunión, unidad, fraternidad, vínculo, relación, pertenencia, comunidad, nosotros. Lo que nuestro mundo promueve es la división, la lógica del enemigo, la expulsión de lo distinto, el individualismo, el yo primero.

A veces cuesta entender el misterio de un Dios que es Trinidad. ¿Pero alguna vez has pensado que tú puedes ser Trinidad al tejerte en el tapiz de Dios Padre, Hijo y Espíritu? Somos enviados a ser testigos del Amor... en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

 


Trinidad

¡Dios nuestro,
Trinidad eres
en tu hogar,
y Trinidad soy
por los caminos!
¡Origen
en el Padre,
de donde surjo
sin receso, 
cuerpo
en el Hijo,
hermano universal
sin exclusiones,
comunión
en el Espíritu,
íntimo aliento
sin distancias!
¡Trinidad soy
al tejerme
con tus hilos
de humana eternidad
en mi ir y venir
de aguja creadora
en tu tapiz!

(Benjamín G. Buelta, sj)


 

 

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