Si nos quieres ver


«Maestro, queremos ver un signo tuyo.» (Mt12,38-42)

Si la misión de Jonás fue la salvación de Nínive, el paso de Jesucristo por la muerte será la salvación para  toda la humanidad. ¿Hay un signo mayor para mover nuestros corazones?
La resurrección de Jesús es “el gran prodigio que ilumina nuestra fe y nos abre a la esperanza de vivir amando como Dios nos invita a hacerlo

"Porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás". La predicación, desde la época de los profetas, es el medio elegido por Dios para contagiar la fe. Es un medio pobre, frágil, simple. Que una persona se sitúe como testigo de un acontecimiento, y lo comparta con los demás. Pero es eficaz porque está animado e inspirado por el Espíritu de Dios. 


Necesitamos hechos extraordinarios que nos produzcan asombro y no sepamos explicar, porque no somos capaces de descubrir los milagros cotidianos.  El milagro es la presencia del Reino. 

Necesitamos mirada limpia para verlo en cada momento, persona y acontecimiento. En lugar de pedir a Jesús signos para creer, pidámosle crecer cada día en la fe y que esta se haga visible en nuestras palabras y obra.

 

 

 

Oración de san Francisco

Alto y glorioso Dios:
ilumina las tinieblas de mi corazón,
dame una fe recta,
esperanza cierta,
caridad perfecta
y humildad profunda.

Dame, Señor,
comprensión y discernimiento
para cumplir
tu verdadera y santa voluntad.
Amén.


 

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