Y se hizo el milagro


«Pronunció la bendición, 

partió los panes 

y se los dio a los discípulos » 

(Mt 14, 13-21)

Podemos mirar hacia otro lado, mirar solo a nosotros mismos o... mirar a nuestro alrededor con compasión, mirar lo que somos y tenemos para darnos, y mirar al cielo con confianza. Darse y compartir con generosidad transforma el mundo

En el desierto, Jesús multiplicó los panes y se los dio a sus discípulos para que los distribuyeran. Él continúa multiplicando los panes y los peces en la naturaleza, sólo que los más favorecidos, en lugar de distribuirlos a las multitudes, tratan de tenerlos para sí.

«No tenemos más que cinco panes y dos peces»... y se hizo el milagro. El Pan de Vida que se parte y reparte. El alimento, el amor de Dios que sacia de verdad.

Jesús nos invita a buscar ante todo el Reino de Dios y su justicia, porque desde el Reino de Dios, es decir, desde su palabra y su justicia, los hombres pueden ser inducidos a abrir sus manos, distribuir su pan a las multitudes y luchar por la otra justicia, la de este mundo.

Padre nuestro... Danos hoy nuestro pan de cada día... El alimento que nutre la vida de la gente sencilla... Que reclamamos como nuestro porque somos tus hijos, nos amas y cuidas a todos, para todos... Pan que sacie el hambre del presente, sin acumular, sin que se eche a perder...

 Permite que la Palabra afecte a tu corazón y a tu propia vida. Que la compasión impregne tus sentimientos, valores, opciones… y te motive para actuar, transformar, compartir dar frutos... Escuchar, comprender, hacernos uno con el otro. Bendecir. Bendecir la vida regalando vida.

Tu poder multiplica la eficacia de la humanidad
y crece cada día en nuestras manos
la obra de tus manos.

Nos señalaste un trozo de la viña
y nos dijiste: -Venid y trabajad.

Nos mostraste una mesa vacía
y nos dijiste: -Llenadla de pan.

Nos presentaste un campo de batalla
y nos dijiste: - Construid la paz.

Nos sacaste al desierto con el alba
y nos dijiste: -Levantad la ciudad.

Pusiste una herramienta en nuestras manos
y nos dijiste: - Es tiempo de crear.

Escucha a esta hora el rumor del trabajo
con que tantas personas se afanan en tu heredad.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo
Por los siglos. Amén.


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