"Año de gracia"



«Fue a Nazaret, donde se había criado, 
entró en la sinagoga, 
como era su costumbre los sábados, 
y se puso en pie para hacer la lectura» 
(Lc 4, 14-22a)

Su misión es acercarse a los últimos, estar y ser con ellos, hacer que los que no reciben nada reciban una buena noticia, la noticia de la salvación, Dios les quiere. 
Ya no es una promesa, es una realidad hoy, aquí, ahora.

Señor, te pido me des la gracia para guiarme en todo por el Espíritu Santo, que Él me inspire lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, lo que debo hacer, cómo debo obrar para procurar el bien de los hombres y el cumplimiento de mi misión.

El Espíritu nos envía con una misión, que sigue siendo la misma de Jesús: evangelizar, liberar, sanar y proclamar la gracia del Señor. 
Lo que se sale de aquí no es servir a Dios y a los demás , sino servirse de Dios y de los demás.


"Quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve"
Somos hijos de Dios, estamos hechos a su imagen. 
Y Dios, en Jesús se hizo a imagen del hombre. 
El mandamiento doble del amor a Dios y al prójimo se unifica. 
En cada hombre está Dios. 
En Dios estamos todos

Por medio de la Palabra, de los Sacramentos y de la Caridad, hoy también, la Iglesia anuncia el Evangelio y proclama el "Año de gracia" del Señor a los pobres, a los cautivos, a los ciegos, a los oprimidos...


Señor, tú amas la justicia y estableces la paz en la tierra.
Traemos ante ti la desunión del mundo de hoy;
la violencia absurda, el militarismo, la explotación, y la opresión que amenazan la vida en el planeta.
La codicia humana y la injusticia, que alimentan el odio y las contiendas.
Por el cambio en nuestro mundo, oremos.
Señor, en tu gracia, transforma el mundo.
Señor, envía tu espíritu y renueva la faz de la tierra; enséñanos a ser compasivos con toda la familia humana; conduce a todas las naciones hacia el camino de la paz.
Por la paz que solo Tú puedes darnos, oremos.
Señor, en tu gracia, transforma el mundo.
Enséñanos cómo comerciar con justicia y amor.
Recuérdanos que evitemos la codicia y permítenos a todos ensalzar a quienes viven en la pobreza.
Recuérdanos que todos nosotros y toda la creación te pertenecemos y que sólo somos administradores.

Perdónanos por no obrar conforme a tu voluntad en tu Reino sobre la tierra.
Danos la fuerza y el coraje de trabajar por la justicia y la paz.


Consejo Mundial de Iglesias.

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