Bienaventurados





“Te doy gracias, Padre, 
porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, 
y las has revelado 
a los pequeños”
(Lc 10, 21-24)

El reino de Cristo es de los sencillos.

No vendrá a ti porque hagas muchas cosas, ni porque te des mucha importancia, ni porque te quejes mucho de tus sufrimientos…
Sino porque seas sencillo, te tengas en poco y te dejes consolar por Dios.
La virtud del Adviento es la sencillez.

¡Cuántas veces pecamos de soberbia!
Aprendamos a ser sencillos, sin parafernalias ni pretensiones. 
La humildad es un valor que debería mover nuestras vidas.

Sitúate ante Dios como un niño enfermo, y verás cómo te sonríe.
Entonces sabrás que viene a socorrerte, te llenarás de esperanza, y serás luz para quienes te rodean.

Somos bienaventurados por ver, sentir, conocer, seguir, amar... a aquel que ha cambiado la historia, que nos ha cambiado la vida.
No lo vivamos como una carga, vivámoslo como un regalo, como una respuesta agradecida a su llamada.

¡Cuántas veces pecamos de soberbia!
Aprendamos a ser sencillos, sin parafernalias ni pretensiones. 
La humildad es un valor que debería mover nuestras vidas.

Hoy recordamos a un gran hombre, San Francisco Javier, compañero de Ignacio de Loyola, gran misionero. Joven soñador y valiente, que puso su corazón en el Señor de la vida.
 “Que hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia La Paz, que trae la Buena Nueva y proclama la salvación" (Is.52,7)
Gracias San Francisco Javier por tu entrega, por tu corazón ardiente y por tus palabras proféticas...!!!!
El mundo, tantas veces triste, perdido y desorientado, sigue necesitando, testigos y profetas que anuncien el camino del Amor, de la vida y del cielo.... Cuentan contigo...???
Danos, Señor, un corazón generoso y misionero para ser sal y luz en todos los rincones de la tierra y llenarlo todo de tu amor.


Derrama

Ven Señor Jesús, renuevo de Jesé, 
derrama en nosotros el espíritu que nos guíe para buscar la sabiduría que nos ayude a vivir bien y lograr la felicidad que no pasa.

Ven Señor Jesús y derrama sobre nosotros tu espíritu para que podamos comprender nuestra historia como plan de Dios Padre.

Ven Señor Jesús y derrama el espíritu de consejo y valentía para poder decidir la vida en cada acontecimiento.

Ven Señor Jesús y derrama en nosotros el espíritu de conocimiento para sentirte cercano y conocer los secretos de tu corazón.

Ven Señor Jesús y derrama sobre nosotros el espíritu de temor del Señor para que el centro de nuestros pensamientos, deseos y proyectos sea la voluntad del Padre.

Ven Señor Jesús y derrama sobre nosotros el espíritu con el que revelas el rostro del Padre a los pequeños y a los pobres
y que sintamos el gozo de haber sido elegidos para ser de los tuyos.

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