“Y serán los dos una sola carne”
(Mt 19,5)
Jesús te recuerda el proyecto creador de Dios: creó al
hombre y a la mujer, con igual dignidad.
Jesús propone una relación nueva: no
se trata de competir sino de colaborar, de caminar juntos.
No se trata de buscar alguien que te complete.
Es encontrar para siempre alguien que te acepte con los
pedazos que te falten y decir sí hasta el final.
Frente al individualismo sin reglas, la comunión del
hombre y la mujer es parábola para el mundo.
Frente a la cultura del dinero, el éxito, el poder... en
la pareja se dan las relaciones gratuitas. En el matrimonio se puede escuchar
el lenguaje de Dios, que es el lenguaje del amor.
El amor de pareja es tomado por Dios como modelo de la
alianza que Él hace con su pueblo.
No hay nada despreciable en ese amor.
Todo amor viene de Dios.
Y el amor es paciente, bondadoso, no tiene envidia...
AL PRINCIPIO NO
ERA ASÍ
Tu proyecto era de libertad y amor, pero preferimos la
esclavitud y el desamor.
Al principio no era así.
Tu proyecto era de entrega y fidelidad, pero preferimos
la comodidad y la infidelidad.
Al principio no era así.
Tu proyecto era...
“El amor necesita tiempo disponible y gratuito, que
coloque otras cosas en un segundo lugar.
Hace falta tiempo para dialogar, para
abrazarse sin prisa, para compartir proyectos, para escucharse, para mirarse,
para valorarse, para fortalecer la relación” (Papa Francisco)
Sin el Espíritu Santo,
Dios está lejos,
Cristo permanece en el pasado,
el Evangelio es letra muerta,
la Iglesia una simple organización
la autoridad sería dominación,
la misión una propaganda,
el culto una evocación
y el actuar cristiano una moral de esclavos.
Pero con la presencia del Espíritu,
el cosmos se eleva y gime en el parto del Reino,
Cristo resucitado está presente,
el Evangelio es potencia de vida,
la Iglesia significa la comunión trinitaria.
la autoridad es un servicio de liberación,
la misión es un Pentecostés,
la liturgia una memoria y anticipación,
el actuar humano se deifica.
Ignacio IV Hazin, patriarca de la Iglesia greco-ortodoxa de Antioquía
Dios está lejos,
Cristo permanece en el pasado,
el Evangelio es letra muerta,
la Iglesia una simple organización
la autoridad sería dominación,
la misión una propaganda,
el culto una evocación
y el actuar cristiano una moral de esclavos.
Pero con la presencia del Espíritu,
el cosmos se eleva y gime en el parto del Reino,
Cristo resucitado está presente,
el Evangelio es potencia de vida,
la Iglesia significa la comunión trinitaria.
la autoridad es un servicio de liberación,
la misión es un Pentecostés,
la liturgia una memoria y anticipación,
el actuar humano se deifica.
Ignacio IV Hazin, patriarca de la Iglesia greco-ortodoxa de Antioquía
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