Preparados

 

"Estad en vela, porque no sabéis 
qué día vendrá vuestro Señor". 
(Mt 24,37-44).

La atención y el interés se activan cuando lo que sucede nos incumbe. Si juego a la lotería el sorteo de Navidad me interesa y lo sigo con atención. Convertirme en millonario o seguir con mi vida miserable depende de la suerte y me tiene atento. Así con todo lo que ocurre. La cercanía del Señor es tan importante y decisiva que también pide atención. Si la fe no nos activa la atención y el amor es que se ha vuelto sosa e inoperante. Que el Adviento nos active la capacidad de atención y de emoción.

¡Despierta, alma dormida, 
porque no conoces el día ni la hora 
en que tu Señor vendrá a tu encuentro!


"Ven, caminemos a la luz del Señor"
(Is 2,1-5) Hoy encendemos la primera vela: una llama pequeña que despierta, que nos sacude la tristeza y nos invita a caminar con gozo. El Adviento empieza… y solo la esperanza tiene permiso para quedarse. 

Voy hacia ti, llamado por tu palabra, al inicio de este tiempo de Adviento, tiempo de espera, tiempo de esperanza, tiempo de atención, tiempo de vigilancia, tiempo de poner todo mi ser en expectación, en tensión amorosa, en movimiento. Busco, deseo, me acerco, camino hacia tu luz, que viene como un torrente en crecida a llenarme de todo lo bueno, bello y verdadero que me ofreces cada día.

 

CANTO DE ADVIENTO

No hay que temer al fracaso, a la lucha,
al dolor, a los pies de barro
o a la debilidad.

No hay que temer a la propia historia,
con sus aciertos y tropiezos;
ni a las dudas; ni al desamor;
que la vida es así, compleja,
turbulenta, hermosa, incierta.

Pero luchemos
contra la tristeza perenne,
esa que se instala en el alma
y ahoga el canto.

Alimentemos la semilla de alegría
que Dios nos plantó muy dentro.

Que surja, poderosa, la voz esperanzada,
esa que clama en desiertos y montes,
en calles y aulas,
en hospitales,
en prisiones,
en hogares y en veredas.

Cantemos, hasta la extenuación,
la vida del Dios hecho niño,
del Niño hecho Hombre,
del Hombre crucificado
que ha de vencer a la cruz, una vez más.

Nadie va a detener al Amor
que se despliega, invencible,
en este mundo que aguarda.
Aunque aún no lo veamos.

jmolaizola sj

 

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