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Perseverar

 

"Llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida".  (Lc 21,5-11).   

El templo que merece el adorno, el cuidado y la calidad es el de cada ser humano. Los templos materiales son caducos y se destruyen. Aprender a vivir enfocando la existencia y el cimiento en Dios que no abandona a pesar de los fenómenos espantosos que acontezcan.

Tendemos a ser catastrofistas, y más en estos tiempos en los que los medios de comunicación informan con acentos alarmistas. Quienes seguimos al Señor no deberíamos alarmados ni sentir pánico. Muchas cosas han de ocurrir antes de que vuelva el Hijo de Dios, el Mesías y Salvador.

Llegarán tiempos difíciles. Jesús nos llama a estar preparados y a no dejarnos engañar. La vigilancia y la fidelidad son esenciales para enfrentarnos a las pruebas y mantenernos firmes en nuestra fe. El Señor nos invita a confiar en su promesa de estar siempre con nosotros.

En nuestra vida diaria, enfrentamos constantemente noticias alarmantes y situaciones estresantes. La enseñanza de Jesús nos anima a mantener la calma y la confianza en Dios, sabiendo que, a pesar de las dificultades, estamos en sus manos.

"Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico." El pánico y la desesperación llegan a nuestra vida cuando la amenaza es tan grande que nos vemos incapaces de hallar solución. El miedo paraliza y solo queremos pasar el mal trago y huir. La fe nos recuerda que la compañía de Jesús la tenemos garantizada. Él acompaña toda nuestra vida. Por eso nos sumergimos en una esperanza que reta al miedo. El amor expulsa al temor. Vivamos cada día con la alegría de quién consciente de su fragilidad, se apoya en la fuerza todopoderosa de su amor.

Que no nos engañen, la venida del Señor no tiene que producir pánico ni miedo en nosotros. Es un encuentro de amor, de felicidad, de misericordia, de perdón, de Padre e hijo que se abrazan. Su venida es de encuentro. No dejemos que nos engañen, que no manipule nadie la voluntad de Dios, la promesa que nos ha hecho, la propuesta de vida eterna a los hombres y mujeres de este mundo.

Tú me invitas, Señor a dejar mi vida en tus Manos, 
a vivir con esperanza el momento presente 
 y a hacer de este mundo un mundo de vida y de paz.
Señor, concédeme la paz 
y la confianza necesarias para permanecer firme en Ti  aun cuando todo a mi alrededor parezca incierto.
Señor, ayúdame a estar preparado y a no dejarme engañar.  
Que mi fe sea firme y mi confianza en ti
inquebrantable.  
Enséñame a vivir con vigilancia y fidelidad,  
 confiando siempre en tu cercanía y en tu amor.  Amén.

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