Hoy damos gracias al Señor por Santa Teresa de Jesús, que nos enseña en todos sus escritos a buscar la unión con Dios a través de la oración y la humildad. Jesús alaba a los sencillos, y otorga mucha importancia a la humildad y la simplicidad de corazón. Ella nos enseña que el verdadero amor a Dios es inseparable del servicio humilde.
Toda la predicación y el anuncio del Reino de Dios por parte de Jesús serán accesible a las personas sencillas, totalmente confiadas a Dios y abiertas a una auténtica relación filial con el Padre.
Los sabios y entendidos no pueden entender los secretos del reino. Están llenos de sus verdades y certezas. Los sencillos y pequeños están abiertos a conocimientos mayores. Los que ellos no conquistan, sino que se les regala.
Jesús acostumbraba a orar dando gracias por las distintas realidades detrás de las cuales veía el amor infinito de Dios Padre.
“Nadie conoce al Padre sino a qui en el Hijo se lo quera revelar” No vamos a conocer al Padre por nuestras fuerzas ni nuestras acciones nos mostrarán su rostro, es un don del Hijo y a nosotros sólo nos toca darle gracias a Dios por ser como es y mostrarnos su grandeza en el amor.
Agradece el hecho de que Dios se manifieste antes a los pequeños y humildes que a los sabios y entendidos. Porque Dios siempre está con los pequeños.
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