Jesús tiene un duro diálogo con los judíos en el pórtico de Salomón. Ellos denuncian que es mal judío. Él les echa en cara que no creen porque no son de sus ovejas. Dos cualidades son propias de sus ovejas: 1. Mis ovejas "escuchan mi voz". 2. "Me siguen". ¿Somos de los suyos?
La falta de fe no se cambia por explicaciones ni pruebas. Es necesario un encuentro con Jesucristo. Escuchar su palabra. Acoger su gracia. Dejar que nos introduzca en su rebaño y nos dejemos llevar por su voz entre otras voces persuasivas, pero no de vida.
"Mis ovejas escuchan mi voz", es la clave para nuestro proyecto de vida con Él. Escuchamos su voz, le seguimos, sabemos que nos conoce, nos quiere, nos ama. Escuchar su voz en la Palabra, con claridad y aceptando la radicalidad de la misma. Su voz clama desde la raíz del hombre y la mujer que han perdido su dignidad. Es una voz que tenemos que escuchar para estar con ellos, para seguirle a Él.
"Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna." Conocernos, ese es el gran fruto de estar cerca de Jesús. Conocer nuestras "raíces" y nuestras "alas". Nuestro origen, los cimientos, lo que no se ve, pero nos hace ser quienes somos. Y nuestras alas, soñar que no tenemos techo. Nuestra vida desplegada, atenta, entregada. Estamos invitados a seguir a Jesús por caminos inciertos, con dudas, con retos pero siempre cogidos de su mano de la que nadie nos puede arrebatar.
«Nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre» Estar en su mano es la seguridad de estar tranquilo en el amor de un padre que acoge a los hijos que al cumplir su voluntad no lo han hecho por obediencia ciega sino porque se saben amados y hacen las cosas desde la libertad.
“Yo y el Padre somos uno”. Jesús nos abre su corazón para decirnos la relación honda que vive con el Padre, es la Fuente de Amor que derrama sobre la humanidad. Jesús actúa siempre a favor del ser humano. Su actividad liberadora es la del Padre mismo. Sus obras dan testimonio de lo que lleva en el corazón.
Acudamos a Ella confiando que,
Acude a la Virgen.
Feliz día de la Virgen de Fátima.
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