Ir al contenido principal

En la tormenta

 

“¿Quién es este? ¡Hasta el viento y el mar lo obedecen¡”
 
(Mc 4,35-4)

Jesús invita a sus discípulos a ir a la otra orilla. La fuerte tempestad, las olas que rompen, el agua que llena la barca, hace dudar de Jesús. Él duerme. Lo despiertan porque creen que es indiferente, cuando falta creer en él. En medio de toda tempestad de la vida está.


«Maestro, ¿no te importa que perezcamos?».
¿Qué hace nuestro Dios cuando las dificultades se ciñen sobre nosotros? ¿Con quién contamos cuando nada sale bien y nos hundimos irremediablemente? Jesús a veces se duerme, nuestro problema no paraliza el mundo. Mis emociones no son el centro del universo. Necesitamos orar desde la necesidad y ahí Dios actúa. Paraliza las tormentas internas y externas. Y sobre todo nos invita a aprender del dolor y del fracaso. Porque el sufrimiento es lo más universal y lo que más nos une.

¡Tantas veces nos ha parecido que el Señor duerme en nuestras tempestades! Y lo llamamos angustiados... Y él siempre se sorprende de nuestra actitud: ¿por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe? Y pone calma en la tempestad. Surge la pregunta: ¿Pero quién es éste? Nadie es como él.

“¿Por qué tenéis miedo?” Nos falta fe. Queremos ser pequeños dioses y no podemos dominar ni las tormentas ni la vida. No confiamos plenamente en Él. Queremos ser nosotros los que ordenemos, organicemos, dominemos lo que somos y hacemos. Tenemos miedo al creer que está dormido, que está alejado de nuestro proyecto de vida. No está lejos, se despierta si lo llamas, se acerca si le dejas sitio.

En las tormentas de mi propia vida, te grito Señor,
 ¿no te importa?
Tu palabra, ¿por qué tienes miedo?
Estoy aquí contigo, me inunda de consuelo y paz.


Jesús nos invita a confiar en su presencia entre nosotros. No caminamos solos por la vida. Todos vamos en la misma barca y Jesús con nosotros. Él siempre está en las tormentas que nos cercan y es capaz de traernos una gran calma con una palabra. Comprende y escucha nuestros temores.

Si tienes fe, verás actuar la mano bendita y sabía de Dios en tu vida. Si tienes fe, veras actuar la luz de Cristo, restaurando paz y claridad.

Esperamos oír tu voz

Esperamos oír tu voz en medio de tantos silencios,
en medio de tantos gritos.
Esperamos oír tu voz aun cuando nos quieren hacer creer
que esta todo dicho o que no tenemos nada para decir.
Queremos oír tu voz en medio del monte,
en medio de la tormenta, mientras esperamos la lluvia,
mientras esperamos que amanezca.
Queremos oír tu voz más allá de nuestras sorderas
para aprender a escucharnos a nosotros mismos
y compartir nuestras sabidurías
reconociendo nuestras ignorancias.
Esperamos oír tu voz que ilumina nuestros miedos.
Esperamos oír tu voz que colorea nuestras debilidades.
Queremos oír tu voz con todo lo que tienes para decirnos,
porque queremos también decirlo nosotros, oyentes de la Palabra.
Es tu Reino hecho diálogo.
Es tu Reino hecho encuentro.


(Marcos Alemán)

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...