Motivos para la esperanza

 


«¿Qué está permitido en sábado, 
hacer el bien o el mal, 
salvar a uno o dejarlo morir?»  
(Lc 6,6-11)

 Siempre está permitido hacer el bien, siempre está permitido salvar. No sólo permitido sino que hay que hacerlo, ninguna ley debe prohibir salvar, cuidar, amar, proteger.  Sólo cuando la norma adquiere un rango superior a la persona,  se  vacía de contenido y de valor y se convierte en algo que esclaviza.


«Extiende tu mano». Él lo hizo y su mano quedó restablecida."
Ayúdanos Jesús a creer en ti. Si nos invitas a vivir lo que vivimos, que no seamos incrédulos y que reconozcamos que tú estás presente en lo real. Que encontremos motivos para la esperanza y la ilusión. El hombre de la mano enferma se podía resignar a su parálisis. Pero se dejó curar por ti, en sábado, contra todo pronóstico, cuando la Ley no lo permite. Gracias Jesús porque en lo inesperado enciendes luces en nuestras vidas que estaban apagadas.

En nuestros días sigue ocurriendo lo mismo que entonces: mientras Jesús cura de la enfermedad ordenando extender la mano, otros apretaban sus puños preguntándose qué había que hacer con Él. Uno procura la sanación y los otros buscan su muerte. Y aun así, la mayoría desea matarlo.

Sed buenos [fragmento]

El santo encuentra mil formas, aún revolucionarias,
para llegar a tiempo allá donde la necesidad es urgente;
el santo es audaz, ingenioso y moderno;
el santo no espera a que vengan de lo alto
las disposiciones y las innovaciones;
el santo supera los obstáculos
y, si es necesario quema las viejas estructuras superándolas;
pero siempre con el amor de Dios
y en absoluta fidelidad a la Iglesia
a la que servimos humildemente
porque la amamos apasionadamente.


(Pedro Arrupe, SJ)

 


 

 

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