¿Buscamos?

 


"Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura  para la vida eterna." (Jn 6,22-29).

Concluida la multiplicación de los panes, Jesús despidió a la gente y se retiró al monte a orar. Luego, durante la noche –y caminando sobre el agua– se reunió con sus azorados discípulos, que se dirigían en una barca hacia Cafarnaún. Al reencontrarlos, Cristo sufre la incomprensión de la gente. No obstante, Él ve en esa incipiente “búsqueda” una oportunidad para orientarlos a una perspectiva superior: «trabajad por el alimento que perdura para la vida eterna», el que sólo les podrá dar el «Enviado», sellado por el Padre con la marca de la divinidad. 

¿Buscamos a Jesús? Buscarle de verdad, querer encontrarse con Él. La búsqueda no puede ser de medias tintas, tenemos que desear el encuentro de verdad, ser conscientes que nos cambiará la vida, que nos dará la vuelta, que dejaremos cosas, que todo será nuevo… ¿Qué anima nuestra esperanza y nuestra vida? A quien seguimos con el corazón abierto. Dónde encontramos la verdadera comida. Trabajar por el alimento que perece, o gustar el banquete sin medida: Creer en el Mesías

"Trabajad por el alimento que perdura".  Uno de los problemas de nuestro tiempo es el de confundir lo esencial con lo accidental e irrelevante. Para no perdernos en tales confusiones o malgastar la vida en banalidades, el Señor nos pide esforzarnos por el alimento que perdura para la vida eterna. Ese pan que sólo él da.


La palabra trabajo nos lleva inmediatamente a pensar en la remuneración económica. Pero el trabajo para Jesús también es la construcción de la propia vida. Es lo mismo que decir: cuidad más el "ser" que el "hacer". Somos una identidad que se descubre a sí misma en la acción. Pero el activismo que no nos hace crecer, que no nos lleva a amar, se convierte en distracción, en pasar el tiempo, no en vida plena.

Si trabajo por el bien de quienes más sufren,
si respeto la verdad y procuro la justicia,
si estoy abierto a la colaboración mutua,
si cuido la vida interior, mis logros permanecen,
Tú los bendices.

¿Merece la pena trabajar por ALGO que nos llene de verdad para siempre o por buscar continuamente emociones, mendigar amores, buscar reconocimientos... que nunca terminan de llenarnos? ¿De qué estás llenando tu vida?

«La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que Él ha enviado»

Creo en ti, Señor Jesús.
Creo Señor, pero tengo mis combates;
ayúdame. 
Espero en ti, Señor Jesús.
Te amo. 



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