Ir al contenido principal

La barca

 

"Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron".
 
(Mt 4,18-22).

Celebramos la fiesta de San Andrés apóstol, uno de los Doce, natural de Betsaida, hermano de Pedro y pescador como él, están juntos, responden juntos. Desde ese encuentro serán apóstoles, del grupo de los Doce.


Nos llama a todos. Su llamada lo cambia todo. Nos llama porque lo necesitamos. Nos regala sentido, luz, novedad, vida, amor. Seguirle no es una decisión fruto del cálculo, del interés, de la estrategia. Seguirle es asombrarse de ir por caminos inexplorados, no conocidos. Y aprenderlo todo de nuevo. "Se nos dijo". Pero "ahora Jesús nos dice" de nuevo. Y de nuevo emociona poderle decir que sí, que le seguimos.

«Dejaron la barca y a su padre y lo siguieron» El seguimiento no es cuestión de cumplimiento, sino de entrega generosa, de deseo de encuentro con quién nos da la vida. Es el anhelo de compartir el amor que sentimos, haciendo llegar el mensaje de buena nueva a todas las personas.


Andrés hace con Jesús un proyecto de vida nuevo siendo pescador, lo que sabe hacer. Jesús le propone algo sencillo: confiar en Él, seguirle, hacer de su relación un proyecto de vida. Ni le pone normas, ni firman un contrato, le propone estar y ser con Él.

Nosotros como Andrés tenemos que sentirnos llamados, elegidos por Jesús. Llamados a una misión, ¿cuál es la tuya?

Sólo el discipulado nos acerca a Él.

 

 

Seguirte

Ayúdame, Señor, a seguirte,
a unir mi vida con la tuya
y vivir el sueño que tienes para mí…
Mírame en mi confusión,
y permíteme sentir tu presencia.
Lo único que me pides siempre
es que no me esconda de ti,
que no escape a tu amor.
Quiero amarte y estar contigo,
hablarte, y simplemente
estar en tu presencia.
Permíteme verme a mí mismo,
en la luz de tu misericordia
y elegirte siempre.
Amén.


(Henri Nouwen)


 

 

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...