Tú eres...

 


Él les preguntó: 

«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». 

Simón Pedro tomó la palabra y dijo: 

«Tú eres el Mesías, 

el Hijo del Dios vivo» ... 

 (Mt 16,13-23)

 
 Hoy, escuchamos dirigida a cada uno de nosotros 
la pregunta de Jesús:
“¿Y vosotros quién decís que soy yo?"
Se trata de dar una respuesta no teórica, 
sino que involucra la fe, 
es decir la vida, 
¡porque la fe es vida!
 
No podemos permanecer indiferentes ante Él.
Todos los que le conocemos tenemos algo que decir.
Su mensaje es tan extraordinario que no nos deja tibios.
Sus gestos nos empujan a pronunciarnos.
'¿Quién decís que soy yo?' 
Responder nos empuja a la misión.
 
“Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” 
tiene que ser una respuesta que brote desde nuestro corazón, 
desde esa vivencia esencial y profunda del mesianismo de Jesús como experiencia vital de su misericordia y de su amor por nosotros
 
¿Quién es Jesús?           
¿La pregunta sigue viva?          
¿Qué respondes?
¿Qué trasmites?
 

Creo en un Dios que sin límites me ama,
que vino a darnos luz, como nos da el sol, cada mañana.
Creo en un Dios que penetra mi pensamiento,
que se mete en mi corazón y conoce mis sentimientos.
Comunidad:
Creo en un Dios que sabe todo lo que me pasa,
que sufre y ríe conmigo, que me sostiene y que me abraza.
Creo en un Dios que en mí ve lo bueno,
que perdona lo malo y me hace un ser nuevo.
Creo en un Dios que es verdad y es camino,
que es pan y que es agua, alimento de peregrinos.
Creo en un Dios que es humano y es divino,
que está en el cielo y a la vez aquí, en mi destino.
Creo en un Dios que se muestra pequeño,
que se manifiesta humilde, pero que de todo es dueño.
Comunidad:
Creo en un Dios que es Padre, que es Hijo,
y que es Espíritu Santo. Que es Uno y es Trino.
Creo en un Dios que es Dios de mis padres,
un Dios que por su pueblo hizo y hará cosas grandes.
En ese Dios creo, con una fe sin tiempo,
con una fe simple, que nace desde adentro.
Comunidad:
En ese Dios creo, con fe verdadera,
con toda mi fuerza y mi alma entera.
En ese Dios creo, el mismo de ayer,
el que será mañana y será para siempre.
En ese Dios creo, pues vela por el universo,
porque está en la inmensidad y también en cada verso,
en cada palabra, en cada mirada, en cada sonrisa y en cada gesto
que desde el ser humano nacen para ir haciendo en la tierra su Reino.
Comunidad:
En ese Dios creo, en Él está mi esperanza,
a Él doy mi canto y dedico mi alabanza,
a Él ofrendo mi vida, pobre, consagrada,
y le entrego esta fe, pequeña, que de creer no se cansa.

Gerardo Oberman


 

 La pregunta que hace Jesús 
no se contesta por el conocimiento, 
sino desde la experiencia del Encuentro. 
“¿Quién decís que soy yo?”. 
La respuesta no se puede atrapar 
en nuestros deseos de un Dios libertador y justiciero, 
sino el que muere por amor en una cruz.
 
“Somos un poco como san Pedro. En cuanto Jesús habla de pasión, muerte y resurrección, de entrega de sí, de amor hacia todos, el Apóstol le lleva aparte y le reprende. Lo que dice Jesús altera sus planes, parece inaceptable, pone en dificultad las seguridades que se había construido, su idea de Mesías. Y Jesús mira a sus discípulos y dirige a Pedro tal vez una de las palabras más duras de los Evangelios: «¡Aléjate de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!». Dios piensa siempre con misericordia: no olvidéis esto. Dios piensa siempre con misericordia: ¡es el Padre misericordioso! Dios piensa como el padre que espera el regreso del hijo y va a su encuentro, lo ve venir cuando todavía está lejos…
¿Qué significa esto? Que todos los días iba a ver si el hijo volvía a casa: éste es nuestro Padre misericordioso. Es el signo de que lo esperaba de corazón en la terraza de su casa. Dios piensa como el samaritano que no pasa cerca del desventurado compadeciéndose o mirando hacia otro lado, sino socorriéndole sin pedir nada a cambio; sin preguntar si era judío, si era pagano, si era samaritano, si era rico, si era pobre: no pregunta nada. No pregunta estas cosas, no pide nada. Va en su ayuda: así es Dios. Dios piensa como el pastor que da su vida para defender y salvar a las ovejas.”
 
(Papa Francisco)

 

Hoy es la fiesta de San Juan M.ª Vianney, el cura de Ars, 
patrón de los sacerdotes y párrocos. 
Se agradece una oración por nosotros 
para que siempre vivamos 
nuestra vocación de servicio con alegría y entrega generosa... 
y por todas las parroquias.

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