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Ábrenos el corazón

 



"Tened cuidado con la levadura de los fariseos" 
(Mc 8, 14-21).

Jesús nos advierte peligro de la hipocresía. La evitaremos si nos esforzamos no sólo por cuidar las formas exteriores, sino ante todo por limpiar nuestro corazón, nuestros pensamientos, nuestros deseos

Ten cuidado. El fariseísmo se cuela en la familia, la política, cultura, sociedad, religión. Sincérate con Dios, tu conciencia, tu gente. No manipules, condenes, impongas. No fermentes la vida con el mal. Cultiva lo bueno.

Me acerco a ti, Jesús, y tú me invitas a acercarme a los que tienen hambre. Llevo casi nada en las manos, pero tú me dices que les entregue mi corazón. Porque entonces tú harás el milagro y el hambre quedará saciada.

Los bienes materiales dan seguridad, ciegan para ver el sentido de nuestra existencia porque embotan el corazón. Se llegan a convertir en la prioridad y nos dan un falso control de nuestra vida. Y no terminamos de comprender que es Dios quien nos y nos cuida.

Sintonizar con la mente de Jesús, es fuerza liberadora, que se recibe, DESDE LA FE.


 

"¿Para qué os sirven los ojos si no veis, y los oídos si no oís?" Se nos han regalado los sentidos a modo de ventanas que dan a Dios. La vista, el oído, el gusto, el olfato, el tacto nos tendrían que llevar al asombro y la gratitud de toda la realidad. Dios se intuye en todo lo que ocurre. Pero a veces estamos cerrados a lo real. Tan centrados en nosotros mismos que somos incapaces de ver.

 A veces nuestros esquemas, por muy cristianos que sean, pueden hacer daño, separar y dividir, por el hecho de creer que son los únicos válidos. No dejes que tus ideas encasillen a un Dios tan grande. Sigue dejándote sorprender por Él...

El Maestro nos llama a desembotar el corazón, a ver y oír lo que está aconteciendo, a leer la realidad y sus protagonistas, a confiar en que el Padre nunca nos deja.

Despierta. Que no te dominen la comodidad y la apatía. Permanece atento y consciente. No malgastes ni escondas tus talentos y tus dones. Ponlos al servicio de tu familia, tu comunidad, de los más necesitados. Vive con fidelidad y entusiasmo la misión a la que el Señor te llama.

Serénate. Pacifica tu mente. Sosiega el corazón. Escucha en el silencio. Respira hondo y coge fuerzas para vivir en plenitud tu misión. Busca la coherencia. Eres testigo del amor de Dios, transmisor de la Buena Noticia para el mundo, en especial para los mas pobres y necesitados.

La mayor preocupación no puede ser la búsqueda de lo material, tenemos que valorar, dedicar tiempo y esfuerzo a otras muchas cosas que también son necesidades básicas: tener tiempo para los demás, para los que viven con nosotros, para Él

 

En Cristo mi confianza

Sea mi gozo el llanto,
sobresalto mi reposo,
mi sosiego doloroso
y mi bonanza el quebranto.
Entre borrascas mi amor
y mi regalo en la herida,
esté en la muerte mi vida
y en desprecios mi favor.
En Cristo mi confianza
y en su imitación mi holganza.
Mis tesoros en pobreza
y mi triunfo en pelear,
mi descanso en trabajar
y mi contento en tristeza.
En oscuridad mi luz,
mi grandeza en puesto bajo,
de mi camino el atajo
mi gloria sea la cruz.


(Teresa de Ávila)


 

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