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El milagro de compartir


 
“Siento compasión de la gente” 
(Mt 15,32)  

Jesús camina con los ojos abiertos. Su corazón se estremece ante lo que ve.

Jesús es de los que toma conciencia del hambre de la gente.
Jesús es de los que se da cuenta del desfallecimiento de la gente con hambre.
Jesús es de los que no solo ve los problemas.
Jesús es de los que ven los problemas y trata de buscarles soluciones.
Jesús es de los que “siente lástima del hambre del pueblo”.
Jesús es de los que no se quedan en lamentos sino que se compromete con los problemas.

¿Cultivo hacia los otros la mirada respetuosa y llena de compasión, que sana, libera y alienta?  

Cuando el amor toma en sus manos el pan, los cinco panes llegan para que todos coman.
El mayor milagro es “amar”.
Y el amor es el que puede hacer los mayores milagros.
Incluso el milagro de compartir de lo nuestro.


Es preciso compartir lo que uno tiene.
Es preciso dar de lo que se tiene, aunque sea poco.
Es preciso saber que las soluciones han de comenzar por ellos mismos.
Es preciso que aprendan a compartir sus cinco panes y sus dos peces.
Es preciso que aprendan a dar de lo suyo y que no lo esperen todo de los otros.

 Hoy es la fiesta del beato  Carlos de Foucauld.


Bendita compasión la tuya Jesús, que frente a una humanidad rota, no respondes con rechazo, sino con acogida. Tu amor es fuente de salud. Nos enferma la soledad, el rechazo, la exigencia, el juicio, la crítica, la comparación. Un corazón compasivo y misericordioso es fuente de sanación.

 

 

 

 

“Señor dame ojos para que vea los problemas de mis hermanos.
Señor, dame ojos para que vea el dolor de mis hermanos.
Señor, dame amor para que me duela el dolor de los que sufren.
Señor, dame amor para que reparta mis “cinco panes”.


 

 

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