"La piedra angular"




«La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular» 

(Mt 21, 33-43)

 

El Amigo de la viña nos da la oportunidad de vivir sirviendo, de recrear esta historia plagada de miedos y angustia, y de colorearla de buen humor y de esperanza. Y no podemos fallarle. Sólo en Comunión encontraremos el camino, los medios y el aliento necesario para la aventura

La finalidad de la viña son los frutos. Cuando esto se olvida, Dios molesta, estorba y deseamos prescindir de él. Los labradores se creen propietarios, y el dueño es un obstáculo para lo que se ha convertido en objetivo: poseer. ¿Damos fruto o buscamos dominar?

No somos los dueños de la viña... somos trabajadores en la tarea que el Señor nos propone. 

¿Trabajo para dar fruto? ¿Agradezco al Señor todos los bienes que Él me ha dado... la vida, la fe, el planeta…?

Él es la 'piedra angular'. Apoyados en Él nos convertiremos en piedras vivas del Reino. 

Sostenidos por Él seremos artífices de un mundo más justo, fraterno y en paz. 

Con Él podremos sortear las tormentas y los desánimos de 'la viña', de la vida.




Hoy fiesta de San Francisco de Asís.

Que su bendición de paz llegue a toda la tierra, pueblos, familias y corazones.

Tener un corazón humilde y manso. Asemejarse cada vez más a Jesús, como quería San Francisco. 

Vivir la fraternidad universal con todas las criaturas, con todos los seres humanos. 

Hacerse pequeño, servidor de todos. 

Renunciar a privilegios por no romper la unidad. 

El olvido de sí. 

 


Vivir en el Espíritu

“Jesús maestro bueno,

queremos seguir tus pasos.

Danos tu Espíritu,

para aprender a vivir como discípulos.

Ayúdanos a servir,

muéstranos el camino

de la solidaridad real,

infunde en nosotros tus sentimientos,

haz nacer en nuestro interior

la compasión que mueve a la caridad.

Enséñanos a sentir con el que sufre,

a vibrar con el dolor ajeno,

condúcenos por el camino

del buen samaritano,

para aprender a aproximarnos,

para ser prójimo de los demás.

Danos tu Espíritu, Jesús,

para seguir tu ejemplo,

para aprender a vivir en la caridad.

Jesús, maestro amigo,

escucha nuestra oración.

Queremos vivir según tu Espíritu,

vivir la conversión continua

que abre paso por las huellas del Reino.

Señor, danos tu aliento,

infúndenos tu Espíritu

para aprender a vivir en la verdad,

por el camino de la fe,

construyendo la justicia y la paz,

animando la esperanza,

para ser testigos de tu Amor.

Danos tu Espíritu, Jesús,

para aprender a vivir

como discípulos

por el camino del Evangelio”. 

Marcelo A. Murúa.

 



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