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"A los que quiso"



"Jesús subió a la montaña, 
llamó a los que quiso, 
y los hizo sus compañeros" 
(Mc. 3, 13-19)

Jesús te llama a seguirle.
Él te llama por tu nombre, dándote una misión y a medida que hacemos su voluntad estamos siendo la Iglesia que Él quiere.
Él llamó a los que Él quiso, ¡alégrate!
También tú estás ahí.
La llamada es un don lleno de misterio, de misericordia y de ternura infinita.
La respuesta es apertura, generosidad, y libertad plena para acoger y dejarse hacer cada día.
La misión para la que Jesús llamó a sus discípulos, y para la que nos llama también a nosotros, es una sola: estar con Él y, permaneciendo en Él, anunciar el Evangelio.
Vivamos la relación con Él como los Doce: a su lado siempre, queridos por Él, enviados, con responsabilidad de denunciar el mal, de transformar nuestro mundo.
Somos de los suyos, lo queremos así, Él nos llama.

Oración del Apóstol (S. XVI)

Cristo, no tiene manos
tiene solamente nuestras manos
para hacer el trabajo de hoy.
Cristo no tiene pies,
tiene solamente nuestros pies
para guiar a los hombres en sus sendas.
Cristo, no tiene labios,
tiene solamente nuestros labios
para hablar a los hombres de sí.
Cristo no tiene medios,
tiene solamente nuestra ayuda
para llevar a los hombres a sí.
Nosotros somos la única Biblia,
que los pueblos leen aún;
somos el último mensaje de Dios
escrito en obras y palabras.



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