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Estoy dispuesto





"Está cerca de vosotros 
el Reino de Dios." 
(Lc 10,1-9):

Celebramos hoy la fiesta de San Lucas evangelista, autor también de los Hechos de los apóstoles y reconocido por todos como el evangelista que mejor revela el rostro humano, manso y misericordioso de Dios.

La clave del evangelio de hoy es el sentirnos enviados por Dios.
 Sentir su Gracia cada día para decir con nuestra vida a las personas más cercanas
"el Reino de Dios está cerca".

El envío hoy no es más fácil o difícil que en otros tiempos.
Pero en todo momento necesita disponibilidad, ardor, desprendimiento y deseo inmenso de ser anunciadores

“A donde pensaba ir él”
Nuestra única labor como Iglesia es limpiar caminos, preparar corazones, abrir puertas, derribar muros, limar asperezas, crear necesidades, roturar terrenos...
Lo demás, depende de Él.

El discípulo de Jesús es alguien desinstalado, que se pone en camino a impulsos del Espíritu Santo, para seguir las huellas del Maestro y ser testigo, allá donde va, del Evangelio del amor y la misericordia, del paso liberador del Señor por su vida.



Señor, nos has llamado de nuevo. No por ser los mejores, ni los más listos, ni los más fuertes. Nos llamas porque nos quieres, porque quieres hacernos felices. Confiaste en nosotros, te vuelves a fiar, a pesar de que no lo hicimos todo bien. Nos llamas y nos envías: ¡Poneos en camino!

Tenemos miedos y a veces nos cansamos, nos asalta la duda, la tentación y no encontramos sentido al trabajo. Mucha gente no nos entiende, nos critica y llega el desánimo. Tú nos lo habías advertido: “Os envío como ovejas en medio de lobos”.


Danos una mirada limpia para ver el mundo como Tú lo ves: como un gran campo que necesita obreros, brazos dispuestos a trabajar, corazones abiertos para amar, pies que acorten las distancias…


Nos dices: “No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias”. Lo importante es que te llevemos a Ti, que sintamos la alegría de ser tus amigos, que transmitamos, con la humildad de sentirnos pecadores, que Tú estás cerca y que contigo llega la Paz a nuestra vida.


Responder a tu llamada es lo mejor que podemos hacer. Será motivo de alegría para nosotros y de felicidad para muchos. Gracias por esta nueva llamada. Gracias por todos los que te responden y me animan a decirte: "Estoy dispuesta. Estoy dispuesto".



Envíame sin temor, que estoy dispuesto.
No me dejes tiempo para inventar excusas,
ni permitas que intente negociar contigo.
Envíame, que estoy dispuesto.
Pon en mi camino gentes, tierras, historias,
vidas heridas y sedientas de ti.
No admitas un no por respuesta

Envíame; a los míos y a los otros,
a los cercanos y a los extraños
a los que te conocen y a los que sólo te sueñan
y pon en mis manos tu tacto que cura.
en mis labios tu verbo que seduce;
en mis acciones tu humanidad que salva;
en mi fe la certeza de tu evangelio.

Envíame, con tantos otros que, cada día,
convierten el mundo en milagro.


José Mª Rodríguez Olaizola, sj




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