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"Oración del cristiano"



"Vuestro Padre 
sabe lo que os hace falta 
antes de que lo pidáis" 
(Mt 6, 7-15)

Orar es respirar.
Ser consciente del hilo que nos une a la Vida.
Agradecer y confiar en ese Dios que es Amor.
Con distinta intensidad forma, duración, situación...
Pero siempre mirar y ser mirado.
Escuchar y ser escuchado.
Un padrenuestro, besar la cruz, cantar, pedir, adorar...

¿Cómo oramos a Dios?
¿Cómo tendríamos que orar?
¿Cómo quiere Dios que oremos?
Orar no es decir palabras para que Dios escuche.
Orar no es decir un mar de palabras, por si Dios no ha escuchado.
Orar no es decirle a Dios lo que él ya sabe de memoria.
¿A caso Dios no sabe las necesidades de sus hijos?
¿A caso a Dios hay que recordarle las cosas porque padece de amnesia?

En la oración del Padrenuestro caben todos nuestros sueños, necesidades e intenciones, y también todo lo que el Padre quiere concedernos, para que experimentemos en nosotros y en la Iglesia la vida nueva en Cristo.

Jesús nos propone un estilo de oración que llamamos “el Padre nuestro” y que otros llaman la “oración del cristiano”.


Ser cristiano es entrar en el juego de la locura de Dios: cuando decimos "Dios" nos dejamos penetrar por su presencia y proclamamos a los cuatro vientos que sin Él no podemos hacer nada, sin Él no somos nadie.
No podemos tomar el nombre de Dios en vano. 

Ser cristiano es entregarse en cuerpo y alma al Reino de Dios:
"¡Que se haga tu voluntad!"

Ser cristiano es reconocer que no podemos sobrevivir si nos falta el pan de cada día que es Él mismo.

Ser cristiano es vivir al mismo ritmo que Jesús: "perdona nuestras ofensas como también nosotros perdónanos..."
No se puede pedir perdón, si nosotros no perdonamos.
No se puede pedir perdón, si nuestro corazón está envenenado.
¿Cómo voy a pedir perdón, si yo mismo me resisto a perdonar al hermano?
¿Cómo voy a pedir perdón, si yo mismo me niego a regalar mi perdón?
Y no se trata de que “vamos a perdonar”, sino que “ya hemos perdonado”.

Ser cristiano es luchar para no caer en la tentación de vivir una vida de espaldas a Dios y a los valores del Reino. Los que nos consumimos en la ternura de Dios que nos ha sido revelada le pedimos en esta oración: "por favor, consérvanos en la fe; sé a la vez nuestra prueba y nuestra muralla".

Amén.
Así sea.
Así lo quiero.
En esto creo.

Gracias, Señor, por enseñarme a orar.
Sé que me puedo acercar a Ti con toda confianza, con la seguridad de ser escuchado y la certeza de ser amado.
Que esta familiaridad no me lleve a olvidar con quién estoy tratando.


Oración
Que estás en la tierra, Padre nuestro,
que te siento en la púa del pino,
en el torso azul del obrero,
en la niña que borda curvada
la espalda, mezclando el hilo en el dedo.
Padre nuestro que estás en la tierra,
en el surco,
en el huerto,
en la mina,
en el puerto,
en el cine,
en el vino,
en la casa del médico.
Padre nuestro que estás en la tierra,
donde tienes tu gloria y tu infierno
y tu limbo; que estás en los cafés
donde los pudientes beben su refresco.
Padre nuestro que estás en la tierra,
en un banco del Prado leyendo.
Eres ese viejo que da migas de pan a los pájaros del paseo.
Padre nuestro que estás en la tierra,
en la cigarra, en el beso,
en la espiga, en el pecho
de todos los que son buenos.
Padre que habitas en cualquier sitio,
Dios que penetras en cualquier hueco,
Tú que quitas la angustia, que estás en la tierra,
Padre nuestro que sí que te vemos
los que luego hemos de ver,
donde sea, o ahí en el cielo.
(Gloria Fuertes)




Comentarios

  1. Me tenía que detener un momento a decir lo recompuesta que me voy después de leer tu entrada Juanlu. Sin duda orar nos da un chute de vitamina de vida que es difícil de expresar con palabras. Y es curioso, porque a veces es la misma oración quien nos sorprende y nos asalta, nos busca y nos conquista, recuperando nuestra necesidad natural de volvernos de cara al Padre.
    Un abrazo grandote.

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