«signo de contradicción».




"El que pierde su vida por mí 
la encontrará" 
(Mt 10,39).

No es Jesús quien divide.
Él pone el criterio: vivir para sí mismos o vivir para Dios y. para los demás; hacerse servir o servir; obedecer al propio yo o bien obedecer a Dios.
He aquí en qué sentido Jesús es «signo de contradicción».
Una vez más se nos pide valentía para actuar de acuerdo con nuestras creencias cristianas que en muchas ocasiones serán rebatidas incluso por los más cercanos.

- Señor, tú eres mi fuerza en los momentos difíciles.
Jesús te habla desde su experiencia.
Jesús ha entregado la vida por el Reino y la ha encontrado.
Seguro que muy cerca de ti vive alguien a quien admiras por su coraje y su solidaridad. La vida nueva da sentido a la muerte, la alegría da sentido a los momentos de dolor.
Alguien escribió en tiempos de guerra: 
"Creo en el sol, aunque no brille; creo en el amor, aunque no lo sienta; creo en Dios, aunque esté callado". 
¿Qué sentido quieres tú dar a tu vida?
¿A qué o a quién quieres entregarla?

Jesús, nos has dicho: 
"Quién quiera guardarse su vida, la perderá; y quién la gaste por Mí, la recobrará en la vida eterna".
Pero a nosotros nos da miedo gastar la vida, entregarla sin reservas.
Un terrible instinto de conservación nos lleva hacia el egoísmo, y nos atenaza cuando queremos jugarnos la vida.
Tenemos seguros por todas partes para evitar los riesgos. 
Y sobre todo está la cobardía...

Señor Jesucristo, nos da miedo gastar la vida.
Pero la vida Tú nos la has dado para gastarla; no se la puede economizar en estéril egoísmo. 
Gastar la vida es trabajar por los demás, aunque no paguen; hacer un favor al que no lo va a devolver; gastar la vida es lanzarse aun al fracaso, si hace falta, sin falsas prudencias; es quemar las naves en bien del prójimo.

Somos antorchas que sólo tenemos sentido cuando nos quemamos; sólo entonces seremos luz. 
Líbranos de la prudencia cobarde, la que nos hace evitar el sacrificio y buscar la seguridad. 
Gastar la vida no se hace con gestos ampulosos y falsa teatralidad.
La vida se da sencillamente, sin publicidad, como el agua de la vertiente, como la madre da el pecho a su bebé, como el sudor humilde del sembrador.

Enséñanos, Señor, ayúdanos a lanzarnos a lo imposible, porque detrás de lo imposible está tu gracia y tu presencia; no podemos caer en el vacío.
El futuro es un enigma, nuestro camino se interna en la niebla; pero queremos seguir dándonos, porque Tú estás esperando en la noche, con mil ojos humanos rebosando lágrimas.


Virgen del Carmen bella, Madre del Salvador.
De tus amantes hijos oye el cantar de amor.
Dios te salve, María, del Carmen bella flor, Estrella que nos guías hacia el sol del Señor.
Junto a ti nos reúnes, nos llamas con tu voz.
Quieres formar de todos un pueblo para Dios.

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