Somos de la familia de Jesús




 “¿Quienes son mi madre y mis hermanos?” 
(Mc 3,20-25)

Somos de la FAMILIA de Jesús.

Su Palabra crea FRATERNIDAD y vence al MAL.



Jesús, con sus palabras y obras, desconcierta, hace pensar, se convierte en una persona molesta. 
Y quieren retirarlo de la circulación.
¿Cómo?
Difundiendo el rumor de que estaba loco; diciendo que está poseído por un demonio.

Y LO ERAS
Te tenían por loco.
Y lo eras.
Pero loco de amor por el Reino.
Te consideraban incomprensible.
Y lo eras.
Pero incomprensible para los soberbios de corazón.
Pensaban que eras difícil.
Y lo eras.
Pero difícil sólo cuando no eres nuestro centro

En vez de abrirse a la novedad que trae Jesucristo, cierran su corazón.
No pueden recibir el amor de Dios, que cura, perdona, acompaña, salva...
Eso es blasfemar contra el Espíritu.

Cristo está deseando perdonar al hombre.
Pero sólo puede perdonar a quien acude a pedir perdón, a quien reconoce su debilidad y se acerca a la fuente de salvación.
Practiquemos la humildad.



¿Quién vencerá mis demonios?

¿Quién sanará mi aflicción?
¿Quién me abrirá al amor?
Sé que tú, Señor.
Confío en ti...






Jesús te invita a pertenecer a su familia:
Estos son mi madre y mis hermanos.
El que cumple la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre.
¿Aceptas?
¿Quieres formar parte de esta familia de "locos"?
Los cristianos somos locos.
PERO LOCOS DE AMOR.


Jesús, envíanos locos que se comprometan a fondo,
que amen con algo más que con palabras,
que entreguen su vida hasta el fin.
Hazme loco, apasionado, imprudente, capaz de riesgo,
ilusionado para empezar algo nuevo,
preparado para el salto a la inseguridad,
entregado a la causa de los pobres,
dispuesto a seguirte sin cálculos ni medidas...


Dame tu Espíritu.
Tus locuras son grandes paradojas, Señor.
Comprometerme en el presente,
por un futuro que no veré en esta vida.
Ser aliado del Dios parcial de los pobres
por una causa que es universal.
Luchar por la justicia
en el combate no-violento de la paz.
Defender los derechos humanos de todos
desde la opción partidista por los pobres.
Ser amigo de la alegría, la fiesta, el entusiasmo,
desde la decisión de renuncia y sacrificio.


Dame tu Espíritu.
Hazme loco de la vida evangélica,
acostumbrado a contentarse con poco,
amante de la pobreza solidaria,
dispuesto a cualquier tarea,
capaz de fraternidad y equipo,
preparado para romper moldes,
libre y disponible, obediente y agresivo, tierno y fuerte,
llevado por tu Espíritu sin leyes ni fronteras.


Dame tu Espíritu, Señor, hazme loco... 


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