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Servidor y testigo de la verdad



“A vosotros os basta decir “sí” o “no” (Mt 5,37)


Dios es fiel a su palabra.
Los gestos sencillos y las palabras de verdad abren el camino al Espíritu.

“No juréis en absoluto.”


La palabra de los hombres es tan importante que encuentra su fuerza y su credibilidad en la verdad de la misma.
Es el respeto a la palabra dada, simplemente.

Fiel a la palabra dada.
Fiel a uno mismo.
¡Qué rápido lo olvidamos!


Busca la verdad, corre tras ella y ejercítate cada día en hacérsela llegar a los demás. 
“El que busca la verdad busca a Dios” (Edith Stein).

En Ti, Dios mío, se limpia mi vida.
En Ti encuentro el hontanar de la verdad.
Tú eres la verdad, Tú eres mi vida.  

Señor, hazme buscador incansable de la verdad,
que no me conforme con mis verdades,
que me abra a las verdades de los hermanos
y a la Verdad con mayúscula que Tú me ofreces;
que cada día descubra quién eres Tú,
quién soy yo para ti y para el mundo.

Que no me deje engañar por la propaganda interesada,
al servicio de los más poderosos.
Que abra los ojos a la realidad del mundo,
con sus luces, sus sombras y sus esperanzas.

Señor, hazme servidor y testigo de la verdad;
que hable con sinceridad, pero sin dogmatismos,
que hable con convicción, pero sin vanidad.
que hable con sencillez, pero sin demagogia.

Que no hable como los fanáticos que tratan de imponer su verdad;
tampoco como los funcionarios que la defienden por obligación aunque no crean en ella.
Que nunca utilice la verdad para atacar a los demás
y sepa defenderla para el bien de los pobres.



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