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Sembrar semillas de Dios



“Es la semilla más pequeña, y se hace más alta que las demás hortalizas” 
(Mc 4, 26-34).

Jesús nos explica con parábolas como es su Reino; una semilla que germina, un grano de mostaza, un tesoro escondido, una perla…
El grano de mostaza es el mismo Jesús que muere y ofrece su Vida por nuestra salvación.
El árbol que crece es la Iglesia.
Las ramas son los apóstoles.
Y los pájaros, que se cobijan a su sombra, somos todos nosotros que descansamos en las enseñanzas de los apóstoles. (Adaptación del sermón 30, 2  de San Cromacio de Aquilea (¿-407), obispo)

No hay oficio más maravilloso que sembrar.
Sembrar semillas de gracia, sembrar semillas de bondad, sembrar semillas de generosidad, sembrar semillas de Dios.



ORACIÓN
Tú llamas grandes a los pequeños,
a los pobres les haces ricos y libres.
Tú, Señor, nos dices
que el primero será el último,
y que preferirás siempre
a los abandonados de la tierra.
Tú nos convences de que
el que perdona es el más sabio
y que el perdonado recobrará la libertad
Tú nos recuerdas que al que sabe mucho no le enseñarás,
y al sencillo, que sabe poco, le contarás tu secreto.
Tú nos enseñas que el que tenga poco será más libre,
y el apegado a sus cosas
vivirá preso de ellas.



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