Ir al contenido principal

Jesús nos dice cómo salvarnos.




Vendrán de oriente y occidente 
y se sentarán a la mesa en el reino de Dios 
(Lc 13,29)



Jesús anuncia sorpresas en su Reino.

Hay algunos que pensaban entrar con toda seguridad y se quedarán fuera.

Y otros, que ni siquiera oyeron hablar del Reino alguna vez, entrarán y disfrutarán.

Los que se creían primeros serán los últimos.



¿Cómo salvarse?

¿Cómo entrar en el Reino?

¿Cómo ser felices?

¿Cómo dar sentido a la vida?

La respuesta a todas estas preguntas es única: entrando por la puerta estrecha, por la puerta estrecha del Evangelio, avanzando por la senda de las bienaventuranzas, escogiendo el camino del amor, aceptando el riesgo de la cruz.



Dicen que es un chiste.

Pero a mí me parece una linda realidad.

Estaba San Pedro visando los Pasaportes de los que llegaban al cielo.

Y Pedro quería ser muy estrecho y muy justo.

Y por eso, a muchos, los desviaba y les negaba la entrada.

Pero en un momento dado se dio cuenta de que los que él rechazaba se habían colado por otra puerta. 
Se acercó a Jesús diciéndole:

“Señor, los que yo impido entrar, alguien les está metiendo a escondidas.

Ya no entiendo nada, creo que estoy perdiendo el tiempo”.

A lo que Jesús le contestó sonriente:

“Tranquilo, Pedro, no se lo digas a nadie pero “son cosas de mi Madre”.
Es decir que si nos falla la puerta de Pedro, todavía nos queda la puerta de la “mamá de Jesús” y nuestra madre.


Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

Santa Teresa de Calcuta

UN ÁNGEL EN LA TIERRA   SEÑOR ENSÉÑANOS A AFRONTAR  LAS LUCHAS DE LA VIDA DIARIA “Señor crucificado y resucitado, enséñanos a afrontar las luchas de la vida diaria, para que vivamos en una mayor plenitud. Tú has acogido humilde y pacientemente los fracasos de la vida humana, como los sufrimientos de tu Crucifixión, así pues, ayúdanos a vivir las penas y las luchas que nos trae cada jornada como ocasiones para crecer y asemejarnos más a Ti. Haznos capaces de afrontarlas pacientemente y con coraje, llenos de confianza en tu apoyo”. (Santa Madre Teresa de Calcuta) "Líbrame, Jesús mío, del deseo de ser amada, del deseo de ser alabada, del deseo de ser honrada, del deseo de ser venerada, del deseo de ser preferida, del deseo de ser consultada, del deseo de ser aprobada, del deseo de ser popular, del temor de ser humillada, del temor de ser despreciada, del temor de sufrir rechazos, del temor de ser calumniada, del temor de ser olv...