Ir al contenido principal

El Reino es de los niños




“No impidáis a los niños acercarse a mí” 
(Mt 19,14).   

¿Con qué tono diría Jesús estas palabras? 
¿Con pena? 
¿Con lástima? 
¿Cómo reproche? 
Jesús es de todos, pero primero de los más pequeños. 
El Reino es para todos, pero primero para los más pequeños que siempre están sirviendo.
Jesús enseña a valorar es la capacidad de los niños de recibir gratuitamente el amor de Dios y de los adultos que los rodean. 
Invitación a reconocer con agradecimiento que hemos sido amados por el Padre desde siempre.
- Que en la Iglesia y en la sociedad 
sepamos cuidar con predilección de los más frágiles.

Presta atención a la gente que rodea. 
Escucha las voces de los que casi no tienen voz. 
Haz sitio a los que casi nunca tienen sitio. 
Da valor a los que casi nunca lo tienen.   

Perdóname, Señor, 
por las veces que no dejo sitio a los pequeños. 
Enséñame a mirar el mundo desde los pequeños.     

«Pensemos como sería una sociedad que decidiera, de una vez por todas, establecer este principio: 
“Es verdad que nos somos perfectos y que cometemos muchos errores. 
Pero cuando se trata de los niños que vienen al mundo, ningún sacrificio de los adultos se juzgará demasiado costoso o demasiado grande, para evitar que un niño piense que es un error, que no vale nada y estar abandonado a las heridas de la vida y a la prepotencia de los hombres”. 
Qué bonita sería esta sociedad.  Y
o creo que a esta sociedad, mucho le sería perdonado por sus innumerables errores. 
Mucho, de verdad.»
 (Catequesis  de S.S. Francisco, 8 de abril de 2015).

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...