Los caminos de Jesús





“Dichosos los que tienen hambre 
y sed de la justicia, 
porque ellos quedarán saciados” 
(Mt 5,6).  
Iniciamos la lectura de Mateo con la proclamación de las bienaventuranzas. 
Llamada a la alegría, a buscar la felicidad —propia y de los demás— como la buscó Jesús en todo momento.
Propuesta programática de vida plena dirigida a todos, sin esconder que en este camino también hay sufrimiento. 
Pero —con palabras del Papa Francisco— «uno no vive mejor si escapa de los demás, si se esconde, si se niega a compartir, si se resiste a dar, si se encierra en la comodidad».
Jesús, desde un monte, proclama la oración del abrazo.
La experiencia de Dios es una experiencia gozosa y vivificante para todos.
Donde está Jesús la ternura y la compasión de Dios se abren camino.
Hay personas en las se nota enseguida su sed de justicia, su dolor hondo por tanta desigualdad.
Si hoy las encuentras alégrate, porque has encontrado un tesoro.   

Jesús, tú descubres la sed y abrazas al sediento.
Te gozas de que Dios sea tan generoso 
con los que buscan justicia.
Me da alegría ir contigo.

- Señor Jesús, 
haznos buscar la alegría y la felicidad 
por los caminos que tú propones.

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