Gratuidad y ternura, valores del Reino




“De los que son como los niños 
es el Reino de Dios” 
(Mc 10,14) 


Presentar los niños a Jesús indica confianza, deseo de que los más pequeños sean bendecidos y el amor de Dios llene sus corazones.

No lo ven así los discípulos, quizás porque creen que el Maestro tiene que estar para las cosas «importantes».

Con sus palabras y gestos, Jesús reivindica la gratuidad y la ternura como valores esenciales del Reino: 


«El Hijo de Dios, en su encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura» (Papa Francisco).

- Que todos los niños, Señor,

puedan gozar del amor de la familia

y de todo lo que necesitan para poder crecer

y llegar al pleno desarrollo.


Las cosas bellas empiezan a nacer en el corazón de un niño.

El don de Jesús se convierte en ellos en una fuente de gracia para todos.


Acércate a los pequeños, 
míralos con cariño. 
Poco a poco 
te descubrirás tu propio rostro.


Ando buscando tu rostro, Señor. 

Y Tú te escondes en los pequeños.

Enséñame a recorrer los caminos de la infancia confiadamente.  

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