Jesús advierte a sus discípulos de las consecuencias de la hipocresía. Quien vive asentado en ella vive de la mentira, y se vuelve peligroso. La hipocresía está reñida con la autenticidad.
"Nada hay escondido que no llegue a saberse" Por eso es tan importante que seamos claros en nuestra vida para dar un testimonio coherente donde lo que mostramos con la vida esté en consonancia con el corazón. Quienes viven en lo oculto pretenden que la oscuridad sea luz.
No se puede vivir en la oscuridad proclamando la importancia de la luz. No se puede vivir en el miedo si hemos descubierto los cuidados de Dios en nuestra vida. Tenemos los cabellos contados. Somos valiosos a sus ojos.
"No tengáis miedo." El amor expulsa el temor. Los nervios que pasamos antes de un examen o ante los resultados de un análisis médico vienen de pensar que suspendemos o que nos vamos a morir. Nos desespera no tener en nosotros la solución a los problemas. Por eso la confianza y el abandono en la acción de Dios sobre nuestras vidas es fuente de paz. De mi depende poner todo lo que está en mis manos para amar y cuidar la vida y a las personas. Pero todo lo que no controlo, lo pongo en manos de Dios.
Dios nos quiere, Dios se preocupa por nosotros. Sólo tenemos que temer a los que nos pueden hacer daño por dentro, cambiar nuestra identidad, privarnos de nuestra libertad, ningunear nuestra dignidad, convertirnos en cosa, alejarnos de Dios. Confiemos sólo en Él. Estamos en sus manos, confiemos en Él. Dejemos sitio a su propuesta, a su Palabra, Él guiará nuestros pasos. Pon tu confianza en la Palabra de Jesús. Dios cuida con amor a todos, incluso de los pájaros más pequeños.
Señor, ayúdame a confiar
Llévame en la palma de tus Manos,
Y haz que mi vida sea transparente.
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