Ir al contenido principal

El está contigo.

 

«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
 
(Lc 1,26-38).

Alegrémonos, los llenos de años, de kilos, de historias compartidas, de llantos y risas, de errores y aciertos. Alegrémonos porque el Señor sigue estando con nosotros. Puedes que lo creamos, más o menos. Que lo sintamos más o menos pero Él está. Y sería una verdadera pena que no seamos conscientes. Su presencia no es invasiva, no nos obliga a nada. Nos deja libres para agradecer o para quejarnos. Para vivir en la alegría o para aislarnos y quejarnos. María nuestra madre, con sencillez y discreción nos enseña a vivir proclamando la grandeza de ese amor fiel.

Hay momentos difíciles, de desesperanza, de frustración... María hoy nos enseña a confiar, aún sin saber lo que pasará (seguro que eres de los míos, que nos gusta tenerlo todo atado...). Confía en Él.

Puede que a veces nos sintamos cansados de repetir las oraciones del rosario o que nos parezca su rezo algo monótono y aburrido. Al igual que no nos aburrimos de decir bellas palabras a quien amamos o de contemplar la belleza de las personas y de todo lo que nos rodea, así deberíamos mostrarnos ante nuestra Madre María, que nos escucha y está dispuesta a ayudarnos siempre. Ella no se aburre escuchándonos. No nos cansemos de rezarla porque siempre nos escucha.

 “Alégrate, María, el Señor está contigo” Estás conmigo, con nosotros, cada vez que meditamos tu vida, tus misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos, de la mano de María. Gracias, Señor por tu madre, que siempre nos conduce hacia ti.

Hoy es la fiesta de la Virgen del Rosario. Ruega por nosotros, por nuestras familias y por toda la humanidad.

Oh Virgen del Rosario, Madre de Jesús y Madre nuestra, tú que perseveraste en la oración con los discípulos, enséñanos a mantenernos fieles en la fe y unidos en el amor.
Bienaventurada eres, María, porque creíste en la promesa del Padre eterno y diste al mundo al Salvador, el fruto bendito de tu vientre.
Contemplando contigo los misterios del Rosario, ayúdanos a acoger la Palabra,
a responder con humildad como tú dijiste:
“Hágase en mí según tu palabra”.
Intercede por nosotros, para que, guiados por tu ejemplo, vivamos en oración constante
y en servicio generoso a nuestros hermanos.
Amén.


 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...