Ir al contenido principal

Hacer el bien

 


“Negociad mientras vuelvo”
(Lc 19,11-28).

Es el encargo que da un hombre a sus siervos. Cuando vuelve quiere sabe el rendimiento de lo que dejó. Uno guardó su mina en un pañuelo. El miedo lo paralizó. El concepto de su señor lo alejó de su misión. Dios es Amor y nos invita a amar.

El Señor ha puesto su confianza en nosotros, no tiene miedo ni dudas de nosotros. ¿Por qué tenemos nosotros dudas de Él? Esa moneda hay que dejar que produzca, que de más, que se multiplique. Hay que utilizarla para hacer el bien, así se multiplicará. Hacer que produzca es ofrecerlo. No nos quedamos quietos con estos dones que Dios nos ha regalado. No rompamos su confianza con el miedo. 

"El gran “capital” que ha sido puesto en nuestras manos es el amor del Señor, fundamento de nuestra vida y fuerza de nuestro camino. Y entonces debemos preguntarnos: ¿Qué hago con un don tan grande a lo largo del viaje de mi vida?" Papa Francisco

"Muy bien, siervo bueno; ya que has sido fiel en lo pequeño, recibe el gobierno de diez ciudades." Ser fieles en lo poco es poner todo lo que somos y tenemos en cada cosa que hacemos. No importa si hay público o no. Si es una orden o iniciativa propia. Si los demás lo aplauden o pasa inadvertido. Dios no se queda en la apariencia él mira el corazón. Por eso nos confía lo más grande que tiene, que es la alegría y el amor en los demás. Nos confía que cada persona se sienta en casa, hijo suyo.

«Al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene» Aquellos que se creen en posesión de la verdad, pero se olvidan del hermano como reflejo del amor de Dios, no tienen nada por mucho que aparenten tener. Ante su presencia no valen las apariencias.


“Dicho esto, echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén”.
Jesús, como buen Maestro, caminaba delante de sus discípulos. Así muestra el camino, conduce a los suyos, y enseña que lo decisivo es seguir sus huellas; huellas que van a Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas, pero también reúne a sus hijos como la gallina a sus polluelos

Salmo16 (a la manera de Dios)

Cuando despiertes, te saciarás de mi semblante.
No temas.
Yo escucho tu apelación, atiendo a lo que me dices.
Presto oído a tus súplicas,
pues sé que cuando brotan de lo profundo,
en tus labios no hay engaño.
Sé que has caminado con firmeza por mis caminos,
y que tus pasos no vacilaron.
Invócame, que yo te responderé, yo que soy tu Padre.
Escucho tus palabras, las que pronuncias
y las que ni te das cuenta de que me diriges.
Yo te protegeré como al bien más preciado,
te guardaré a la sombra de mis alas.
Tú sigue llamándome, también en la noche,
y al despertar te saciarás de mi semblante.

 


 

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

Santa Teresa de Calcuta

UN ÁNGEL EN LA TIERRA   SEÑOR ENSÉÑANOS A AFRONTAR  LAS LUCHAS DE LA VIDA DIARIA “Señor crucificado y resucitado, enséñanos a afrontar las luchas de la vida diaria, para que vivamos en una mayor plenitud. Tú has acogido humilde y pacientemente los fracasos de la vida humana, como los sufrimientos de tu Crucifixión, así pues, ayúdanos a vivir las penas y las luchas que nos trae cada jornada como ocasiones para crecer y asemejarnos más a Ti. Haznos capaces de afrontarlas pacientemente y con coraje, llenos de confianza en tu apoyo”. (Santa Madre Teresa de Calcuta) "Líbrame, Jesús mío, del deseo de ser amada, del deseo de ser alabada, del deseo de ser honrada, del deseo de ser venerada, del deseo de ser preferida, del deseo de ser consultada, del deseo de ser aprobada, del deseo de ser popular, del temor de ser humillada, del temor de ser despreciada, del temor de sufrir rechazos, del temor de ser calumniada, del temor de ser olv...