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Nos espera

 


"Señor,  a ver si da fruto en adelante. 
Si no, la puedes cortar”. 
(Lc 13,1-9)

Jesús aprovecha dos acontecimientos trágicos recientes para hacer una llamada general a la conversión. Ante Dios todos necesitamos convertirnos a sus caminos. Jesús espera pacientemente tu respuesta a construir una humanidad nueva, donde el fruto de la fraternidad universal abunde en nuestros pueblos.

La propuesta de Jesús es la conversión. La conversión debe ser de todo aquello que nos aleja de Él, que no le deja sitio en nuestro corazón, de lo que nos aleja de los demás, de la comodidad que nos paraliza en el compromiso... Él nos espera siempre.

Estamos llamados a dar fruto, y no ser estériles como la higuera. El Señor siempre nos ofrece sus cuidados y su paciencia, pero la iniciativa de la conversión, es nuestra

La paciencia de Dios es nuestra salvación. Nosotros no sabemos vivir como conviene. Nos equivocamos muchas veces. Pero la capacidad que tiene Dios de volver a esperanzarnos es eterna. Ojalá que nos agarremos con fuerza a alguna de esas manos que se nos extienden para no hundirnos.

Que el Agua de tu Espíritu Santo riegue mi huerto interior y lo fecunde, para que mis hermanos puedan venir a coger los frutos que necesitan.


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