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Ligeros...


«Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas».  (Lc 12,32-48)
 
Siguiendo las huellas de Jesús, 
su estilo de vida,
 los caminos, 
siempre será de bendición. 
Los desconciertos, 
se convierten en gratas sorpresas. 
¡VAMOS CON FE!
 
Donde está vuestro tesoro, está vuestro corazón. 
Una invitación a descubrir 
dónde está puesto nuestro corazón 
y que consideramos tesoro en la vida. 
No todo es querido, 
ni cualquier cosa es valiosa. 
Discernir dónde se centra la vida 
y qué es lo más importante.
 
Vivir como quien va de viaje, 
ligeros de equipaje, 
sin apego por las cosas caducas. 
Y actuar en consecuencia con nuestra fe, 
con nuestras creencias. 
 
Caminemos sin miedo, 
en la certeza de que el Señor nos acompaña siempre. 
Y estemos despiertos, 
para que no nos durmamos mientras el Señor pasa. 
 
Haz de nosotros lámparas encendidas 
que iluminen en medio del mundo. 
Que no se apague en nosotros tu luz.
 

 
Mi tesoro
He perseguido sueños vanos,
he comprado tesoros vacíos.
He querido aprisionar amores
y he cerrado con llave mi hogar,
para que no me lo invadan.
He vestido las dudas con falsas certezas
y he tratado de matar mis miedos cerrando los ojos,
pero al final vuelvo a estar
desnudo y temblando.
Hasta que, al encontrarte, todo cambia.
Tu evangelio es fuego que me enciende,
llamada, que me pone en camino,
tesoro por el que vendo todo,
y soy tan pobre y tan rico.
Tu palabra despierta la pasión.
Tu vida es lección
que me enseña a vivir,
a querer,
a saltar al vacío.
Contigo, los sueños son posibles,
los tesoros infinitos,
el amor eterno.
La puerta está abierta,
y el hogar repleto,
de momentos
de historias
de encuentros.
La fe arriesga,
y el miedo calla.
Me visto de Ti,
en mi debilidad tu fuerza,
y todo encaja…


(José María R. Olaizola, sj)

 

 

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