Solo Dios basta

 


“En el mundo tendréis luchas; 
pero tened valor: yo he vencido al mundo” 
(Jn 16,29-33)

 

En los momentos de lucha a causa del evangelio, en los sufrimientos de la persecución o en la desolación por el aparente fracaso, hagamos memoria de la victoria de Jesús sobre el mundo

Los valores del evangelio se resumen en la entrega de la vida en el servicio, como hizo Jesús, buscando siempre el bien de todos. Con su misterio pascual Jesús ha vencido al mundo y sus valores de modo que ya ha empezado el triunfo de los valores del reino, aunque todavía no en plenitud.

Buscar la paz en Jesús. En medio de las situaciones de incertidumbre, de preocupaciones, de miedo. Encontrar la paz que sólo Él puede darnos. Tener valor para descubrir en la adversidad una oportunidad, en la dificultad un reto, en el temor una motivación.

Nuestros días transitan entre lo que conocemos y controlamos y lo que se escapa y nos supera. Nos ponemos nerviosos cuando la vida exige dar pasos a lo desconocido. La novedad y los cambios asustan. Por eso Jesús nos advierte. No viváis con miedos porque yo os regalo el ánimo suficiente para afrontar acompañados todo lo que la vida nos traiga.

La fortaleza para afrontar toda violencia, toda persecución se apoya en la victoria de Jesús. Jesús ha tenido el coraje de meterse en situaciones complicadas. Ha sido su forma de vencer al mundo y sus miedos. Jesús sabe que los suyos van a pasar por las mismas dificultades, por eso les dice palabras de ánimo. Quiere tranquilizarles. Son palabras de un amigo en la prueba. Haz tuyas estas palabras: Nada te turbe, nada te espante. Quien a Dios tiene nada le falta. Solo Dios basta. 


 

"Tened valor". Vendrán tempestades, tormentas, noches oscuras, crisis, conflictos... pero no tengas miedo. Tú eres más grande que tus problemas. Confía en Mí, como yo confío en ti. No tengas miedo.

Tener valor, ser valientes, seguir luchando, no tener miedo, no rendirse. La lucha es cada día contra la pereza y la comodidad, tengamos el valor de la perseverancia, de la novedad de la propuesta. El Evangelio es novedad, luchemos para que no pierda la frescura.

Señor Jesús, aumenta nuestra fe en ti que estás en la casa del Padre y te quedaste también con nosotros en el pan, en los hermanos, en el gozo, en la risa abierta, en todo corazón que ama y espera, en estas vidas nuestras de cada día. 

Señor, haz que seamos humildes. Haz que reconozcamos nuestra incapacidad. Pero sabiendo que todo lo podemos con la fuerza de tu Espíritu

 

Ven Espíritu de vida
océano de clemencia
y llénanos de tu ciencia
de tu Amor y tu alegría.

Danos la dicha de unirnos
en el mundo como hermanos
defiéndenos soberano
del cáncer del egoísmo.

Tú que eres revelador
de los misterios profundos,
Tú que renuevas el mundo
en el soplo del creador.

Hincha nuestras velas quietas
con el soplo de tu aliento



e impúlsanos con el viento
que nos lleva hacia la meta.

 

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